El rosarino convirtió uno de los tantos en la victoria 2-0 ante Canadá y disputará la gran definición de la Copa América ante Colombia o Uruguay
Notablemente mejor desde lo físico, Lionel Messi fue una de las figuras de la Selección Argentina en la victoria ante Canadá por la semifinal de la Copa América. La Pulga convirtió su primer tanto, completó una de sus mejores actuaciones en el certamen y ahora irá por un nuevo título el próximo domingo. Será su décima final con la Albiceleste, considerando las categorías juveniles. Y será una de sus “últimas batallas”, como señaló tras culminar el encuentro.
“Es una locura lo que hizo y lo que viene haciendo este grupo. Jugar otra final, la cuarta seguida, es impresionante. Hay que disfrutarlo y destacarlo”, repitió Leo en diferentes entrevistas a DSports, TyC Sports y Telefé. “Muchas veces se nos quitó mérito por no haber ganado, pero después de ganar se valoran mucho más las finales jugadas. Y no es fácil, el recorrido es muy duro. Dios quiera que salga como la anterior”, agregó.
“Al Leo de 2007 le diría que es un recorrido largo y duro. Por querer ganar siempre, cuando no se daban los objetivos, yo mismo me maltrataba demasiado, no le daba valor a todo lo que conseguimos. Y hoy que soy muchísimo más grande, le doy mucho más valor, más allá de ganar o perder, al hecho de jugar otra final y, como ahora, intentar ser campeón una vez más”, continuó al recordar las épocas esquivas de coronaciones con la celeste y blanca.
En esa línea, hizo una mención especial al trayecto que transitaron junto a otros del integrantes de la vieja camada, como lo son Ángel Di María y Nicolás Otamendi. “Sabemos que son nuestras últimas batallas y tenemos que valorar y disfrutar el hecho de poder estar otra vez en una final juntos”.
La Scaloneta buscará revalidar el título ante el ganador de la semifinal que disputarán este miércoles Uruguay y Colombia. La gran final será el próximo domingo a las 21 (hora argentina) en el Hard Rock Stadium de Miami. Messi palpita un compromiso sumamente parejo: “Es una Copa América diferente, más igualada que nunca, difícil de jugar, con selecciones muy duras, canchas muy malas, temperaturas muy pesadas”.