El Ministerio Público Fiscal de la Ciudad clausuró este jueves en el barrio de Mataderos un depósito clandestino que almacenaba y comercializaba sustancias alimenticias «no aptas para el consumo humano» y subproductos de fauna protegida, que fueron decomisados para su destrucción en un procedimiento en el que intervinieron distintos organismos.
Entre los subproductos de animales protegidos, hallaron almejas congeladas del género «panopea», conocidas como «geoduck» de la región patagónica, en peligro de extinción, y cueros y astas de ciervo, «con expresa protección legal en los términos de la Ley de Tráfico de Fauna (Ley 22.421)», que se decomisaron con la intervención de la autoridad de aplicación, la Subsecretaria de Ambiente de La Nación.
La investigación se inició luego de la denuncia efectuada por vecinos debido a «los olores nauseabundos y vertidos producidos al exterior» y fue radicada ante la División Delitos Ambientales de la Policía Federal Argentina, quienes dieron intervención a la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental (UFEMA), a cargo de Carlos Rolero Santurián, en conjunto con el Cuerpo de Investigaciones Judiciales (CIJ) del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad.
Informaron que se pudo verificar el estado de las sustancias insalubres, muchas en descomposición, y que los olores «trascendían al exterior ingresando a las fincas linderas». También, señalaron que se comprobó el arrojo directo de vertidos a la red pluvial «potencialmente nocivos a la salud pública y al ambiente».