El papa Francisco consideró que la instalación de un ingreso básico universal y la reducción de la jornada laboral son «medidas necesarias» de cara a la pospandemia de coronavirus, al participar del IV Encuentro Mundial de Movimientos Populares durante el cual pidió a los organismos internacionales de crédito la condonación de las deudas de los países pobres, «tantas veces contraídas contra los intereses de esos mismos pueblos».
A través de un videomensaje dado a conocer este sábado, el pontífice pidió la implementación de «un ingreso básico, el IBU, o salario universal para que cada persona en este mundo pueda acceder a los más elementales bienes de la vida».
«Es justo luchar por una distribución humana de estos recursos. Y es tarea de los Gobiernos establecer esquemas fiscales y redistributivos para que la riqueza de una parte sea compartida con equidad sin que esto suponga un peso insoportable, principalmente, para la clase media».
«Generalmente, cuando hay estos conflictos, es la que más sufre», puntualizó. «No olvidemos que las grandes fortunas de hoy son fruto del trabajo, la investigación científica y la innovación técnica de miles de hombres y mujeres a lo largo de las generaciones», convocó.
Durante el encuentro, que se realizó por Zoom simultáneamente en español, italiano, inglés, portugués y francés, los movimientos populares de diferentes partes del planeta compartieron su labor y su lucha durante la pandemia.
Se trata de cartoneros, recicladores, vendedores ambulantes, costureros, artesanos, pescadores, campesinos, constructores, mineros, obreros de empresas recuperadas y cooperativistas, entre otros.