El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, declaró en las últimas horas el estado de excepción en las tres provincias donde se sienten con mayor fuerza las protestas indígenas, que desde hace cinco días bloquean vías en la mitad del país y amenazan con una masiva marcha hacia Quito.
Las manifestaciones por tiempo indefinido de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), en reclamo de una rebaja de precios de combustibles, derivó en enfrentamientos con policías y el cierre intermitente de accesos a la capital y su aeropuerto.
«Me comprometo a defender nuestra capital y a defender el país. Esto me obliga a declarar el estado de excepción en Pichincha (cuya capital es Quito), Imbabura y Cotopaxi a partir de la medianoche de hoy» (2 de la mañana del sábado de Argentina), dijo el mandatario en una alocución transmitida por televisión.
Bajo esa medida por 30 días, Lasso movilizará a las Fuerzas Armadas ante una «grave conmoción interna» y ordenó un toque de queda entre las 22 y 5 horas locales. Además, suspendió derechos ciudadanos como el de reunirse.
Las manifestaciones, en las que participan estudiantes y trabajadores, se concentraron principalmente en las regiones andinas de Pichincha y sus vecinas Cotopaxi (sur) e Imbabura (norte), con alta presencia de indígenas, que representan un millón de los 17,7 millones de ecuatorianos.
Con lanzas en mano, indígenas amazónicos ocuparon temporalmente el viernes las sedes de las gobernaciones de las provincias de Pastaza y Morona Santiago (ambas al sureste y fronterizas con Perú), consignó la agencia de noticias AFP.