El objetivo del Frente de Todos es poder dictaminar el proyecto ese mismo día, de modo de poder llevarlo al recinto en la última semana del año (que será el 14 o 15 de diciembre). Pese al rechazo de Juntos por el Cambio, el oficialismo se entusiasma con poder repetir las adhesiones que ya había conseguido en la Cámara alta –en donde tuvo el acompañamiento de bloques minoritarios que, en Diputados, son claves a la hora de definir una votación– y terminar de convertirlo en ley antes de que termine el año.
«Esto es pasito a pasito», vienen repitiendo en las filas del oficialismo desde que Alberto Fernández prorrogó, por decreto, la moratoria previsional que rige desde 2014. El DNU, firmado en julio, tenía como objetivo dar un changüí a la Cámara de Diputados para que terminara de sancionar el proyecto que venía del Senado, de modo de evitar que cerca de 800 mil personas terminasen quedando a la deriva sin poder acceder a una jubilación a pesar de contar con la edad requerida. La nueva fecha límite se pateó para el 31 de diciembre, sin embargo, durante seis meses, el proyecto no avanzó. Finalmente, casi al filo del fin de año parlamentario, el bloque FdT terminó respondiendo a las presiones de muches de sus legisladores –con el kirchnerismo duro a la cabeza– y terminó convocando a un plenario de las comisiones de Presupuesto y Previsión Social para tratarlo mañana miércoles a las 12.
La iniciativa –cuyos autores son les cristinistas Anabel Fernández Sagasti y Mariano Recalde– había sido aprobado en el Senado a fines de junio y propone habilitar un plan de pagos que permita cancelar años de deuda previsional a personas que están por jubilarse pero que no llegan a cumplir con los 30 años de aportes. Este plan de pagos mensual será accesible tanto para quienes ya cumplieron con la edad jubilatoria como para quienes aún les queda hasta 10 años (pero ya anticipan que no llegarán con los aportes).
Los números de la media sanción habían entusiasmado, desde un principio, al oficialismo de la Cámara baja. El acompañamiento de senadores como Alberto Weretilneck (de Juntos Somos Río Negro) y Alejandra Vigo (de Córdoba Federal) generaban la expectativa de poder contar con el apoyo de interbloques como Provincias Unidas –en donde hay dos diputados de JSRN– y del interbloque Federal (IF) –donde hay tres cordobeses que responden a Juan Schiaretti–, lo que en la práctica le permitiría fantasear con una aprobación a pesar del rechazo de JxC. «Me parece un mecanismo más sano que quienes estén en condiciones de pagar paguen y no se aplique un mecanismo populista como el de Macri que es entregar jubilaciones por la Pensión Universal de Adultos Mayores (PUAM) sin aportes, cobrando el 80 por ciento de la jubilación mínima», adelantó a este diario el presidente del IF, Alejandro «Topo» Rodríguez, aunque advirtió que el FdT todavía no había explicado como iba a financiar la medida (que se calcula que tendrá un costo fiscal de 0,3 puntos del PBI). Se le suma, además, que la izquierda –que tenía su propio proyecto de moratoria– también podría acompañar la iniciativa del oficialismo.
JxC, mientras tanto, está trabajando en presentar su propio dictamen de minoría. Si bien en el Senado el interbloque opositor votó dividido –con un sector del PRO votando en contra y la UCR absteniéndose–, esta vez buscará mostrar un frente unificado. Les diputades de JxC argumentan que el plan de pagos es un «parche» que afecta aún más a la deteriorada caja de la ANSES y que se estaría «beneficiando» a quienes no cumplieron con sus 30 años de aportes en desmedro de quienes sí lo hicieron. La propuesta del dictamen de minoría –impulsada por Alejandro Cacace– sostiene establecer una «prestación proporcional» de acuerdo a cuántos años de aportes tenga la persona.
El FdT, mientras tanto, confía en poder emitir dictamen de mayoría este miércoles y convertirlo en ley dentro de dos semanas. El tiempo corre y, de no poder sancionarse antes del 31 de diciembre, se calcula que 9 de cada 10 mujeres y 7 de cada 10 hombres en edad jubilatoria quedarán a la deriva.
Fuente: Página 12