Mientras el Gobierno inicia investigaciones para una posible quita de concesión, las ganancias de la empresa Edesur se multiplicaron y no hay planes de inversión que anticipan una mejora en el servicio.
La ecuación es la misma: la temperatura aumenta y la luz se corta en los barrios del Área Metropolitana de Buenos Aires, con foco en el conurbano bonaerense. Mientras el Gobierno inicia investigaciones para una posible quita de concesión, las ganancias de la empresa Edesur se multiplicaron y no hay planes de inversión que prometan una mejora en el servicio.
Por primera vez en 30 años, la Secretaría de Energía instruyó al ENRE a realizar un informe de desempeño de la empresa Edesur para evaluar sus reiterados incumplimientos y conductas para con los usuarios, y la «correspondiente evaluación de los actos a seguir», reza un documento compartido por el ente. Se trata del primer paso de una hipotética quita de concesión contra una firma que se gana el descontento social cada vez que se la menciona.
Reducción de inversiones, multas por constantes cortes en el suministro, deudas millonarias con el Fisco y ganancias operativas revirtiendo pérdidas de ejercicios anteriores son los puntos destacados de los balances presentados por la distribuidora. Según el último balance disponible – y en medio de un proceso anunciado de desinversión y retiro del país- la firma registró una ganancia acumulada de 5011 millones de pesos, frente a una pérdida de 27.154 millones de igual lapso de 2019.
La italiana Enel detenta el 72% de las acciones de Edesur, mientras que el resto del paquete accionario está en manos de la firma holding Distrilec, propiedad de los grupos Reca, Escasany, Caputo y Bemberg. Si bien la empresa asegura que la caída en sus ingresos deriva del congelamiento de tarifas, los problemas financieros responden a problemas propios de su mala administración.
Fuente: El Destape