Más allá de la sequía y la caída de los precios internacionales del agro, la menor actividad de la economía china debilitó su moneda y golpeó a los activos del Banco Central.
El objetivo del Gobierno hoy es hacerse de dólares para contener de cualquier manera el ataque de los inversores a las reservas. Las PASO no son el único obstáculo; el escenario internacional es absolutamente adverso por su cercanía a China.
Más allá de la menor cosecha y la caída de los precios internacionales del agro, está soportando la menor actividad de la economía china que debilitó al yuan en 3% a lo largo de mayo. Esto significó una pérdida de reservas de USD 500 millones en 31 días. A principios de mes un dólar se pagaba a 6,912 yuanes y ayer cerró a 7,118 yuanes. Las perspectivas de junio para la divisa más accesible para el ministro de Economía, Sergio Massa, son negativas.
El mercado financiero está alerta por esta situación que le ocasiona al Banco Central una sangría de reservas inesperada e incontrolable. La entidad que preside Miguel Pesce se esfuerza. No solo vende en el mercado de contado inmediato, sino que está jugando fuerte en el mercado de futuros donde tiene más herramientas para controlar las presiones de devaluación aceleradas por el mal humor internacional. La paradoja es que esta fortaleza proviene del FMI que le autorizó un cupo de USD 9.000 millones para intervenir en esa plaza.
China no solo provocó la caída del petróleo, sino la de la soja, el maíz y el trigo porque es un jugador que desaceleró sus compras internacionales. La Argentina está negociando con un país que no tiene el oxígeno de otros tiempos para auxiliarla, indicó Infobae.