Elian Valenzuela, conocido como L-Gante, es cantante y compositor de RKT. Si bien incursionó en la música desde muy pequeño, saltó a la fama en 2020 tras lanzar L-Gante RKT en colaboración de Papu DJ, que alcanzó el segundo puesto del Billboard Argentina Hot 100.
En 2021, tras su colaboración con Bizarrap, L-Gante: BZRP Music Sessions, Vol. 38, llegó al primer puesto de la mencionada lista. Desde ese momento, su fama fue en ascenso y hoy con 23 años es un referente de ese ritmo musical en el país, y se expande cada vez más. “Hicimos shows en Nueva Zelanda, el lugar estaba explotado y la gente cantaba. Me encontré fans también en Alemania, en París. Nunca me lo imaginé”, reconoció.
L-Gante: «»He regalado plata a desconocidos que estaban en la calle”. (Gustavo Gavott)
El amor por los autos
Una de las cosas que caracterizó a L-Gante en sus primeros años de popularidad fue la gran variedad de autos que exhibía en cada aparición pública. Su pasión por los motores y por tener todas aquellas cosas de las que careció en su niñez y su adolescencia, lo llevaron a darse todos los gustos luego de alcanzar el éxito y ganar una gran cantidad de dinero.
Pollo: —Te gustan los autos, ¿te compras muchos?
L-Gante: —Sí, siempre me gustaron. Ahora le aflojamos un poco.
Pollo: —¿Te compras siempre “naves”?
L-Gante: —Sí, igual tiene un poco que ver con la primera vez que tenía mucha plata. Ahora es como que tengo otra idea de lo que me compraría. La emoción ya me la saqué. Capaz que pienso más en que podría invertir y comprarme un auto mejor más adelante.
Pollo: —¿Cuántos autos tenés?
L-Gante: —Ahora estoy en una etapa de revoleo. Algunos los voy a descartar, otros me los voy a quedar, otros capaz los tengo que arreglar, pero he llegado a tener 12, 15 autos.
Elías: «Ahora tengo otra idea de lo que me compraría. La emoción de comprar autos ya me la saqué. Capaz que pienso más en que podría invertir y comprarme uno mejor más adelante».
Pollo: —¿Y te los acordás? ¿Qué tenías?
L-Gante: —Dos limusinas, cuatro Mercedes, tres 250 y uno 300, porque quería andar con mi gente en el mismo Mercedes negro. Un Porsche, el panamera; la BMW X2, Hilux sw4, el Vento para pistear, el Polaris para la arena, una jepeta cuadrada, una SRT y un tornado. Ahora andamos en dos tráiler. Unos 16 llegamos a manejar.
Pollo: —¿Dónde estacionas 16 autos?
L-Gante: —En casas, en galpones…
Pollo: —¿Usas un auto cada día? ¿Cómo hacés para elegir?
L-Gante: —El que esté más a mano rápido. Por ahí se me hizo tarde, me quedé a dormir en la otra casa y tengo una escapatoria preparada en donde sea.
Pollo: —¿Hoy cuál te tocó?
L-Gante: —El Porsche.
L-Gante y sus autos de alta gama.
Pollo: —¿Pagas un montón de seguro?
L-Gante: —Sí. A veces capaz que decís: “Esta semana voy a facturar tanto” y llega el día de pagar y facturo menos; y me quiero matar (risas). Mientras no paremos de trabajar y esté todo bajo control, se puede. Pero no es buena idea tener tanto. Es mejor tener dos o tres buenos o uno bueno y ya está. Un auto y una moto, tal vez. Porque también tiene sus consecuencias, más que el gastadero de plata, te los piden. “Dame uno, si tenés un montón”, te dicen. Me cuesta prestar, pero también cuesta decir que no.
Pollo: —¿Sos obsesivo de que estén impecables y limpios? ¿O solo te interesa el motor?
L-Gante: —Les damos uso. Si se ensucian, se ensucian. Tratamos de esquivar los pozos, pero es una cuestión que está disponible para todos nosotros. Lo puede usar mi mamá, mi amigo, mi manager, cualquiera del equipo. Están para brindar herramientas, para facilitar, más que nada. No es que yo solo uso todo.