«Ellos tiraron a matar»

Los fiscales que investigan las circunstancias de la muerte de Diego Armando Maradona comenzarán a peritar hoy el teléfono celular secuestrado al chofer que trabajaba para el «10» y que el día del fallecimiento estaba presente en el country San Andrés de Tigre, informaron fuentes judiciales.

Se trata del iPhone 8 que fue secuestrado a Maximiliano Trimarchi, en su domicilio allanado en el barrio porteño de Villa Urquiza.

El peritaje se realizará en la Fiscalía General de San Isidro, en la calle Acassuso 476, con el UFED (Dispositivo Universal de Extracción Forense, según sus siglas en inglés), el mismo aparato con el que se extrajo toda la información de los cuatro celulares secuestrados a los médicos investigados, Leopoldo Luque y Agustina Cosachov.

Esta mañana, en la puerta de la sede judicial, el abogado de la psiquiatra Cosachov, Vadim Mischanchuk, dijo al canal de noticias TN que los fiscales notificaron a las partes para participar de «la apertura de esos dispositivos electrónicos y de la bajada de esa información a una computadora».

«Después hay un segundo proceso de la decodificación de esa información, descargada de la tarjeta SIM y del aparato, y la fiscalía verá si convoca o no a prestar declaración» a Trimarchi, agregó.

«Esperamos que la información que se baje colabore y ayude para reconstruir el hecho, nuestro mayor interés es que se haga una junta médica que elabore un dictamen en forma conjunta con los peritos de parte y, a partir de ahí, poder evaluar responsabilidades en relación a lo que cada uno hizo según su especialidad», concluyó Mischanchuk.

Trimarchi (44) es empleado del abogado Matías Morla y su función era ser un chofer a disposición de Maradona, no solo para trasladar personas, sino también todo tipo de mercadería y logística.

Este hombre además es hermano del abogado Marcelo Trimarchi, socio de Morla, y de Andrea Verónica Trimarchi, la contadora del exfutbolista y de Sattvica SA, la sociedad que tiene la explotación de las marcas comerciales «Maradona», «El 10», «La Mano de Dios», «El Diego» y «Diegol», entre otras.

Los fiscales Patricio Ferrari, Cosme Iribarren y Laura Capra decidieron allanar su domicilio y secuestrar su celular luego de establecer por videos de cámaras de seguridad y registros de los ingresos y egresos al country que aquel 25 de noviembre, Trimarchi había ingresado a las 11.44 con un Ford Focus a nombre de Morla y estaba en la casa del lote 45 cuando se produjo el deceso de Maradona, sin que nadie lo hubiera reportado.

Desde el entorno de Morla explicaron en su momento a Télam que ese día a Trimarchi le tocó trasladar hasta el country San Andrés a la psiquiatra Cosachov y al psicólogo Carlos Díaz, para la visita de estos profesionales al «10» y que, si no le tomaron los datos, fue por una falencia de la policía o los funcionarios judiciales que llegaron luego al country.

Incluso, explicaron que el día del hecho, como no había espacio en los patrulleros, Trimarchi le hizo de chofer a la policía para llevar en su auto a declarar a la psiquiatra, el psicólogo y la enfermera a la fiscalía de Benavídez.

Al análisis de los teléfonos también se suma el peritaje que se inició en la sede de la Policía Judicial de La Plata a seis computadoras y tablets que fueron secuestradas a Luque y Cosachov.

La idea es poder extraer toda la información referida a los tratamientos médicos de Maradona contenida en los celulares, las PC y tablets secuestradas, así como también las comunicaciones y mensajes que hayan tenido las personas investigadas sobre los momentos previos, concomitantes y posteriores al deceso del «10».

Maradona, la mayor figura de la historia del fútbol mundial, murió a los 60 años el 25 de noviembre pasado al mediodía, en una casa que su familia había alquilado en el barrio privado San Andrés, de Tigre, a dos semanas de su externación de la Clínica Olivos, donde había sido sometido a una neurocirugía por un hematoma subdural en el cerebro.

La autopsia determinó que el «10» murió como consecuencia de un «edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada» y descubrieron en su corazón una «miocardiopatía dilatada».

De acuerdo con los resultados de los estudios toxicológicos realizados, Maradona no tenía alcohol ni drogas ilegales en su organismo aunque sí detectaron psicofármacos.

Fuentes de la investigación indicaron a Télam que algunos de los psicofármacos encontrados son «arritmogénicos», es decir que producen arritmia, algo que ahora los peritos y los fiscales deberán analizar para ver si eran convenientes para un paciente con una cardiopatía crónica como la que padecía el ex DT de Gimnasia.

La investigación del equipo de fiscales creado por decisión del fiscal general de San Isidro, John Broyad, se centra en tres ejes principales: si hubo negligencia médica y por lo tanto un eventual «homicidio culposo», quién tuvo responsabilidades sobre ese posible delito y si la muerte de Maradona se pudo haber evitado.

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