Investigadores de la Universidad Nacional de La Plata, la Comisión de Investigaciones Científicas y el Conicet lograron desarrollar y producir a escala piloto harinas funcionales compuestas y alimentos saludables basados en cereales y legumbres para combatir la malnutrición infantil, informó hoy esa casa de altos estudios.
Se trata de un avance científico de enorme relevancia, orientado a cubrir parcialmente las necesidades nutricionales de la población materno-infantil hasta los primeros 2.000 días de vida.
Según estadísticas oficiales, los problemas nutricionales por déficit son responsables de aproximadamente la mitad de las muertes a nivel global en niños menores a 5 años.
A ello se suma que las carencias nutricionales durante el embarazo pueden aumentar el riesgo de morbimortalidad materna, las chances de nacimientos prematuros y el nacimiento de niños con bajo peso y hasta limitaciones del desarrollo cognitivo futuro, precisó el comunicado de la UNLP.
El trabajo se realizó junto con investigadores del de INTI-9 de julio y del Instituto de Desarrollo e Investigaciones Pediátricas (CIC-Hospital de Niños Sor María Ludovica).
María Cristina Añón, directora del proyecto, destacó que el objetivo es lograr alimentos funcional y sensorialmente aptos, capaces de reducir el riesgo de contraer enfermedades crónicas no transmisibles que afectan a esta población.
Explicó que «se diseñarán harinas funcionales compuestas, adicionadas con micronutrientes esenciales, que serán formuladas a partir de granos de cereales (maíz, arroz, trigo), legumbres (arvejas, porotos, garbanzos, lenteja) y oleaginosas (lino, chía), bajo la forma de grano o aceite».
«Se adicionarán, además, nutrientes críticos como minerales (calcio, zinc, iodo) y vitaminas (A, D y ácido fólico) en aquellos productos que lo requieran utilizando formas químicas recomendadas en el Capítulo XVII Alimentos Dietéticos o de Régimen del Código Alimentario Argentino», precisó
Según los resultados alcanzadas en los ensayos de laboratorio, cada alimento propuesto cubrirá los requerimientos de proteínas con un buen valor biológico y alrededor del 66% de micronutrientes respecto a las necesidades medias estimadas.
Añón adelantó que «las materias primas granarias serán procesadas haciendo uso de las tecnologías disponibles y de las plantas piloto que posee el INTI 9 de Julio para obtener los productos derivados más adecuados para la formulación de las harinas funcionales compuestas, tales como granos popeados, harinas crudas y tratadas térmicamente, harinas pregelatinizadas, texturizados, etc. de acuerdo a las necesidades de formulación y desarrollo de los productos, sus usos y aplicaciones finales y sus características nutricionales y sensoriales».
Estas harinas funcionales compuestas pueden ser empleadas en la elaboración de alimentos adecuados y de preferencia de la población materno-infantil, como fideos de pasta corta, papillas para el inicio de la alimentación complementaria, sustitutos cárnicos y hasta galletitas.
Para ello se utilizarán, además, ingredientes como vegetales deshidratados, aceite vegetal y condimentos.
El desarrollo del Cidca fue uno de los doce trabajos elaborados por científicos de la Universidad Nacional de La Plata seleccionados en el marco de la convocatoria «Ciencia y Tecnología contra el Hambre» impulsada por los ministerios de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación y de Desarrollo Social, junto al Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales.