El Gobierno porteño envió hoy a la Legislatura el convenio urbanístico que firmó con la empresa IRSA para la construcción de un conglomerado de edificios en la Costanera Sur, en el predio de la exCiudad Deportiva Boca Juniors, lo que fue rechazado por diputados de la oposición que advirtieron que el lugar se convertirá «en un barrio cerrado y exclusivo de lujo».
El expediente que tendrán que debatir los legisladores contempla un acuerdo entre la administración porteña y el privado, dueño del predio de 71 hectáreas, para cambiar la actual normativa que rige en los terrenos -que solo permite la actividad deportiva- para habilitar nuevos usos del suelo como los de viviendas y comercios.
A modo de contraprestación por la reforma a cargo de la Legislatura, IRSA cederá a la Ciudad 41 hectáreas que serán destinadas a un espacio de acceso público y cuyo mantenimiento estará a cargo de la empresa por diez años, según se desprende del convenio.
El emprendimiento no es nuevo ya que el proyecto, conocido como «Solares de Santa María», data de 2010, cuando la empresa que preside Eduardo Elsztain firmó el primero de seis acuerdos con el Gobierno de la Ciudad para lograr un cambio en los usos permitidos del suelo y avanzar con su diseño que inicialmente incluía torres de 50 pisos y un embarcadero.
Sin embargo, durante más de una década, el desarrollo inmobiliario no logró el aval de la Legislatura, donde a través de los años el oficialismo porteño que respondía al entonces jefe de gobierno Mauricio Macri no logró recolectar los votos necesarios para modificar la normativa vigente en los terrenos en la Costanera Sur.
El predio se extiende frente a Puerto Madero, al sur de la Reserva Ecológica y al lado del barrio popular Rodrigo Bueno, y era propiedad del Estado nacional hasta que en la década del ’60 fue donado al Club Boca Juniors a los fines de hacer una Ciudad Deportiva con un megaestadio y canchas auxiliares, y con la prohibición de que luego fuera vendido a privados.