El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, habló este miércoles sobre qué implicaba gobernar Brasil para él, y afirmó que es más difícil de lo que pensaba. El mandatario anunció un cambio de gabinete como forma de relanzar su gestión con más participación del ala de la llamada política tradicional que controla el Congreso, un sector fundamental para bloquear un juicio político, sobre todo luego de amenazar con no reconocer una derrota en las elecciones de 2022.
«Estamos trabajando en un pequeño cambio de gabinete el próximo lunes, para poder seguir administrando Brasil. Tenemos una responsabilidad enorme. Yo sabía que el trabajo no iba a ser fácil, pero realmente me doy cuenta que es muy difícil. No le recomiendo mi cargo a ninguno de mis amigos», dijo Bolsonaro a la radio oficialista Jovem Pan.
Ahora con las denuncias de corrupción vinculadas a los militares del Ministerio de Salud en la compra de vacunas y múltiples pedidos de juicio político, están depositadas en la asunción como jefe de gabinete de Ciro Nogueira, senador presidente del conservador Partido Progresista (PP), que domina el sector llamado «Centrao», la mayoría de derechas del Congreso a la que se alió Bolsonaro el año pasado.
La reforma ministerial no fue detallada por Bolsonaro pero puede generar un impacto político grande de cara a su aspiración de reelección en 2022: reducir las formas de «régimen militar» que adoptó la gestión y mostrar menos rechazo a las políticas sociales, erosionando, tal vez, parte de los superpoderes del ministro de Economía, Paulo Guedes.