El presidente Alberto Fernández le brindó una entrevista a Télam, en la que destaca que su agenda de los próximos dos años estará centrada en “mejorarle la vida a la gente”.
– ¿Cómo imagina que hubieran sido estos dos años de gobierno sin la pandemia, para intentar hacer una proyección sobre los dos años que vienen?
– Creo que la Argentina entró en un período de crecimiento muy vertiginoso y rápido, que vamos a tener un proceso de inversiones muy vertiginoso y que tenemos que pelear mucho contra los agoreros que muestran un futuro negro. Una de las cosas que se advierten, y es difícil de explicar, es que uno va a discutir con los acreedores de Argentina y se encuentra que hay acciones explícitas de argentinos jugando en contra de su propio país. Eso es muy impactante y es raro de ver, pero pasa. Los vemos con nombre y apellido, vemos sus trabajos en inglés hechos para los acreedores. Siento que la Argentina debe recuperar la economía del modo vertiginoso en el que lo estamos haciendo. Quiero que los dos años que vienen recuperemos lo que no pudimos hacer en este tiempo de pandemia. Y de verdad también quiero que terminemos con los debates estériles. La Argentina está llena de debates estériles.
– ¿Qué mensaje le daría a aquellos votantes del Frente de Todos en 2019, que por distintas razones o frustraciones, no fueron a votar a las PASO o cambiaron su voto?
– Después del resultado electoral, lo que más me preocupó fue escuchar a la gente. Dejé de leer los diarios y escuchar las radios, y me ocupé de escuchar a la gente. Alguna vez Macrón me había contado que después del fenómeno de los chalecos amarillos, él decidio salir a hablar con la gente para tratar de entender por qué se le había generado semejante explosión social. Me contó que iba a reuniones a escuchar y a tomar nota. La verdad es que me costó mucho entender el resultado electoral. Porque puedo entender el malestar de la gente, lo que me cuesta comprender es por qué algunos sectores entienden que la causa de ese malestar ha sido el gobierno. También siento, porque lo ví en las reuniones que tuve, que muchas madres la pasaron muy mal y la verdad es que ahí siento un poco de culpa. Casi que tengo ganas de disculparme con ellas y decirles: ́cómo no me di cuenta, ustedes fueron fenomenales en lo que hicieron y no me di cuenta´.
¿Qué le transmitiría hoy a la militancia a una semana de las elecciones?
– Somos un partido que nació saliendo a la calle. Eso es el peronismo, un movimiento que nació y siempre tuvo vida en la calle. La tragedia de la pandemia dejó al peronismo en su casa, sin el contacto con los otros, con lo colectivo. A la militancia hay que pedirle su compromiso para ayudar a cumplir muchos de los objetivos que nos fijamos. Tenemos que encarar el tema de la corrección de los precios con decisión, y tenemos que pararnos activa y firmemente frente a los formadores de precios. En los últimos años se consolidaron grandes monopolios en materia de producción alimenticia. Y hay que ponerles límites. Y es una pelea muy compleja, porque la Justicia suele ponerse del lado de esos poderosos. Tenemos que dar una lucha clara para que los salarios le ganen a la inflación. Necesitamos recuperar la caída de 20 puntos del salario real que se sufrió en la época de Macri. Y tenemos que hacerlo en la calle, convenciendo a los vecinos, explicándoles que lo que les proponen del otro lado es entregarse al FMI y que el día que te despidan, nadie te pague nada.
-¿Qué desafíos plantea ser presidente en una coalición de gobierno, con intereses comunes, pero quizás con miradas distintas?
– No creo que tengamos miradas muy distintas, tenemos modos o caminos a tomar un poco diferentes. A mi juicio, creo que en los dos últimos años tenemos que hacer algunas cosas dentro de la coalición. Lo primero es terminar con los debates estériles y resolver los problemas. Lo segundo es profundizar los debates. Si queremos que viva el Frente de Todos, hay que institucionalizarlo. Hay que generar debates y dejar que la gente se exprese. Lo que espero es que todos estemos a la altura del tiempo que nos toca vivir. Tenemos dos años para mejorarle la vida a los argentinos, que es mi única preocupación. Amo la política y creo que es la única herramienta que existe para cambiar el mundo. También, si me preguntás qué es la política te diría que es el arte de administrar la realidad. Y yo tengo una realidad que administrar. Y esa realidad a veces me supera, yo quisiera que a veces fuera distinta, pero es esta la que tenemos. Tratar de encontrar soluciones descuidando la realidad es lo mismo que una quimera. Tenemos que asumir estos años con un enorme compromiso para que las cosas funcionen bien. Yo tengo muy buenas expectativas. Todo indica que nos va a ir mejor.