La cofundadora y directora médica de BioNTech, Özlem Türeci, explicó que la vacuna se puede adaptar a las nuevas cepas con una rapidez sin precedentes gracias la tecnología de ARN mensajero utilizada por la empresa. Esta tecnología usa el código genético de la proteína espícula del virus SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19, para enseñarle al cuerpo a producirla y, por ende, aprender a combatirla.
“La vacuna que estamos usando ahora tiene la proteína de pico original, y lo único que básicamente necesitamos hacer es cortar esta parte y tomar la proteína de pico de la variante Delta”, dijo la científica al medio Fast Company.
La tecnología de ARNm “puede servir como lo que se llama tecnología de plataforma, lo que significa que, si simplemente haces un cambio en una secuencia del código, la tecnología es tan estable que todo lo demás permanece básicamente igual”, agregó. “Por lo tanto, en la fabricación, no es necesario cambiar demasiadas cosas que debe discutir con los reguladores y demostrar que existe un control de calidad. Puede utilizar el proceso original”.
Por el momento BioNTech cree que no será necesario modificar la vacuna para apuntar a la variante Delta, ya que una tercera dosis de refuerzo es suficiente para aumentar “fuertemente” la protección contra esta cepa. Por razones prácticas, si es eficaz, es un proceso más fácil que hacer una vacuna completamente nueva.
La estructura del coronavirus, con las características proteínas en forma de espícula en su superficie (CDC/Alissa Eckert, MSMI, Dan Higgins, MAMS. Foto a través de Smith Collection/Gado/Getty Images)
Eso no quiere decir que las variantes futuras no cambiarán esta postura: el lunes, Şahin dijo que era “muy posible que en los próximos seis a 12 meses, surjan más variantes que requieran la adaptación de la vacuna”.