Los cancilleres del G7 debatieron hoy cómo ampliar la vacunación mundial contra la Covid-19, presionados para aumentar la ayuda a países vulnerables como India, cuyo canciller tuvo que participar virtualmente en esta primera reunión presencial tras una posible exposición al coronavirus.
En un muestra visible de los retos a los que se enfrentan, el ministro de Relaciones Exteriores de la India, Subrahmanyam Jaishankar, que había viajado a Londres para este encuentro, anunció esta mañana que debía cambiar su modo de participación en las conversaciones, informó la agencia de noticias AFP.
«Me enteré anoche de la posible exposición a casos positivos de Covid. Como medida de gran precaución y como consideración con los otros, decidí conducir mis compromisos de modo virtual. Ese será el caso con la reunión de hoy del G7», publicó Jaishankar en su cuenta de Twitter.
El medio británico Sky News informó previamente que había dos posibles casos de coronavirus en la delegación india.
Jaishankar se reunió en persona el lunes con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, en un encuentro bilateral al margen de la reunión.
Sin embargo, el departamento de Estado estadounidense afirmó que sus protocolos sanitarios les «permiten continuar con las actividades en el G7 conforme a lo planeado».
«No tenemos motivo para pensar que alguien de nuestra delegación está en riesgo. Continuaremos siguiendo la guía de los profesionales sanitarios y acatando los estrictos protocolos contra el Covid-19», informó el portavoz Ned Price.
India, el segundo país más poblado del mundo, atraviesa desde las últimas semanas una devastadora ola de contagios que elevó el número de casos a más de 20,6 millones.
Este repunte masivo saturó los hospitales y provocó una severa escasez de camas, oxígeno y equipos médicos.
India contabiliza más de 226.000 muertos a causa de la enfermedad, una cifra que lo coloca como el tercer país con mayor cantidad de defunciones por coronavirus a nivel global, solo después de Estados Unidos y Brasil.
En esta reunión -la primera presencial de los cancilleres en más de dos años- los ministros de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos prepararon la agenda de la cumbre de líderes del G7 que se celebrará del 11 al 13 de junio en Cornualles, en el sur de Inglaterra, y que supondrá el debut internacional del presidente estadounidense, Joe Biden, cuya prioridad será el cambio climático y la pandemia.
Aunque India no es parte del grupo que reúne a los siete países más ricos del mundo, fue invitada a este encuentro de dos días junto con Australia, Corea del Sur, Sudáfrica y la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (Asean).
Se trata de pensar «qué tenemos que hacer para ayudar a los países más vulnerables del mundo», explicó hoy a periodistas el ministro de Relaciones Exteriores británico, el conservador Dominic Raab.
Más de 1.200 millones de dosis de vacunas anti Covid-19 fueron administradas a nivel global, pero menos del 1% se aplicó en los países menos desarrollados.
Con el apoyo de la mayoría de naciones ricas, el programa Covax, respaldado por la ONU, pretende compartir las vacunas con las naciones más pobres.
Pero los países ricos dejaron de lado al Covax en las primeras fases, cerrando sus propios acuerdos con los grandes grupos farmacéuticos.
«Estos países de ingresos medios y bajos del Sur mundial no quieren caridad, quieren cooperar y colaborar a nivel internacional», explicó Shami Chakrabati, exdirector del grupo de defensa de los derechos humanos Liberty y ahora miembro del Partido Laborista británico en la Cámara de los Lores a la cadena de noticias británica BBC.
Chakrabati no solo pidió compartir dosis de las vacunas, sino su propiedad intelectual para poder fabricarlas a menor costo, un tema al que se oponen muchos laboratorios.
Por su parte, el exprimer ministro británico Gordon Brown llamó al G7 a aportar la mayor parte de los 60.000 millones de dólares que, según él, se necesitan en los próximos dos años para vacunar a todo el mundo.