El asesino dejó una carta en la que aseguró que «estaba cansado de las quejas». En la misiva, confiesa que los mató a «mazazos» y pide que lo «tiren al arroyo». El terrorífico doble crimen ocurrió en la localidad de Olavarría.
Asesinados a “mazazos”
La casa estaba cerrada. Nadie sabía nada de la mujer y su hijo. De la escuela llamaron por teléfono para saber por qué Thiago Contreras (13) no iba a clases. Las hijas de María Sandra Aguer (52) intentaban -sin suerte- comunicarse con su mamá. Este martes recorrieron el barrio, en Olavarría, y se difundieron sus fotos. Cuando entraron a la casa, los encontraron muertos.
La escena era espeluznante: Marcelo Fabián Ene (40) se había colgado en un pasillo. Los cuerpos de Sandra y Thiago estaban ocultos en un freezer. El femicida dejó una carta en la que explicaba que había cometido el crimen «con una maza».
Marcelo Ene (40) mató a su pareja, al hijo de la mujer y se ahorcó, en Olavarría.
Lo que dice la carta
“Me levanté sin decir nada, agarré el martillo, entré a la pieza sin mediar palabras y le di 10 martillazos en la cabeza y luego fui al futón y le di otros 10 martillazos al pendejo (sic)», a quien acusó de ser «maleducado, prepotente, caprichoso y altanero», escribió en la carta que dejó.
La carta de dos carillas, según Télam, está repleta de errores ortográficos. “Yo sé que no se justifica lo que hice. Fue una reacción de la cual me arrepiento”, señaló.
Además, dijo que estaba «cansado» de llegar del trabajo y tener que hacer las cosas de la casa como «cocinar», «lavar los platos» o hacer «los mandados».
“Yo era una mucama acá”
“Yo era una mucama acá” y “me llenó los huevos”, son otras de las frases de la carta.
“Era algo insoportable y estresante llegar todos los días de trabajar y problemas tras problemas y yo no hacía más nada que trabajar, cocinar y dormir”, advirtió y se quejó de que su mujer no lo dejaba hablar con sus amigos, tomarse una cerveza o salir con la excusa de hacer «un mandado» porque desconfiaba de la relación que podía tener con la almacenera.
María Sandra Aguer (52) y su hijo Thiago Contreras (13) fueron asesinados en Olavarría.
“Fui un hijo de mil puta. Solo me queda pedir perdón, pero el perdón no arregla lo que hice. No le digan a mi vieja, tírenme al arroyo y listo”, cerró.
Finalmente, en una posdata, explicó por qué puso los cuerpos en el congelador: «Los metí al freezer para que puedan velarlos como corresponde».