El arte de soltar y dejar ir

Por Raimi Ríos

Muchas veces nos aferramos a personas, cosas o situaciones por miedo a perderlas. Es tal el miedo, a estar sin ellas, que acumulamos sentimientos, creencias y emociones que tienen que ver con esas cosas que no estamos dispuestos a dejar ir. Tenemos miedo a cambiar, a dejar entrar lo nuevo, porque ello puede significar soltar lo viejo. Por ejemplo, “no puedo desprenderme de ese colgante que me regaló mi ex novio, al que tanto quería”, o “no puedo, cortar con mi pareja, porque si lo pierdo, me quedo sin nadie a mi lado”, o “no puedo soltar esa empresa, que me ha llevado tanto esfuerzo, porque sigo intentando remontarla a pesar de que sé que no hay nada que hacer”.

El refrán «Más vale malo conocido que bueno por conocer» ilustra este obstáculo mental que nos incapacita para dejar atrás una situación que resulta dolorosa o desagradable. Y es que no tenemos porqué cargar con todo lo que hemos querido, valorado o nos ha sido útil en algún momento de nuestras vidas. No todo lo que fue, tiene porqué seguir siendo eternamente.

 

Si no pasamos página nos estancamos

De hecho, hay momentos en los que dejar ir se hace aconsejable, cuando no necesario. Si no somos capaces de pasar página, nos estancamos. Cuando no conseguimos soltar algo a nivel emocional, no logramos superar situaciones del pasado; nos aferramos a ellas como a clavos ardiendo y nos hacemos daño. El daño no nos lo hacen esas personas o situaciones, sino nosotros mismos, a través del apego a los recuerdos. Y entonces es cuando empezamos a arrastrar dolor, culpa, resentimiento, rabia y tristeza. Y lo que es peor, nos ponemos una barrera invisible para construir algo nuevo.

David Hawkins, doctor en Medicina y Filosofía, en su libro “Dejar Ir” decía “Dejar ir es como el cese repentino de una presión interna o la caída de un peso. Se acompaña de una repentina sensación de alivio, ligereza, incremento de la felicidad y la libertad. Se trata de un mecanismo real de la mente y todo el mundo lo ha experimentado en alguna ocasión”.

Soltar es una habilidad que nos ahorra mucho tiempo de sufrimiento para acceder a vivir con tranquilidad emocional. Si creemos que es difícil es muy probable que así sea para nosotros. Lo importante es estar dispuestos a viajar ligeros de equipaje. Sintiéndonos mejor cada vez que liberamos aquello que nos pesa tanto.

Cuando somos conscientes del resentimiento, la culpa, el sufrimiento el miedo y de nuestras propias creencias limitantes, podemos elegir deshacernos y liberarnos de estas ataduras y cargas emocionales poniendo en práctica este mecanismo de soltar. Permitiendo así, que la mente libre de cargas pueda fluir desde su creatividad y espontaneidad.

 

Nos aferramos a nuestras creencias

Es curioso, porque no solo nos aferramos, a personas, a cosas o incluso a situaciones, sino que también nos quedamos enganchados con nuestros pensamientos, nuestras creencias fijas sin querer cambiarlas. La dependencia es como una droga, que crea adicción, cuanto más pensamos, más queremos estar con esa persona o en ese lugar.

En cualquier caso, todo aquello a lo que nos aferramos responde a algo sobre lo que debemos trabajar en nosotros mismos. Tal vez reconocer nuestros apegos se convierta en una invitación para fortalecer nuestra autoestima, para hacernos más conscientes de todo lo que nos rodea, para ser más valientes y decidir tomar el riesgo de perseguir nuestros sueños.

Por tanto, es importante que atravesemos el dolor que nos produce el soltar aquel objeto, aquel pensamiento, persona o aquella emoción que tanto queríamos. Atravesar, quiere decir, permitirnos sentir ese dolor, o ese miedo, que sentimos, al decir adiós, a aquello que tanto tiempo hemos conservado con nosotros. Es decir, tenemos que hacer un duelo. Tenemos que despedirnos a través de una carta, un ritual, algo que nos sirva para cerrar el pasado, el ciclo y poder centrarnos en el presente.

 

Debemos aceptar las cosas como son

Una vez, hemos aceptado, que las cosas son como son, y hemos podido sentir ese dolor, sin censura dentro de nosotros, estamos listos para dejar ir aquello que nos ataba al pasado.  Estamos listos para aceptar y poder cambiar algo en nuestra vida.

Por tanto, soltar significa que podemos confiar en que a pesar, de que ya ciertas personas, situaciones, trabajos o cosas que ya no nos acompañaran, hay nuevos aires, esperanzas y deseos que podemos realizar y vivir de nuevo. Hemos pasado a otro nivel de desarrollo y nuestras necesidades y deseos podrían cambiar al avanzar por la vida.

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