Tomás Kirzner contó durante un programa televisivo que fue abusado en dos oportunidades, cuando tenía 7 años, por un empleado del barrio en el que vivía, una traumática experiencia que recién pudo compartir con su familia mucho tiempo después.
Este sábado, Kirzner participó como invitado del programa PH: Podemos Hablar, donde respondió al disparador “¿a qué momento te gustaría volver?”. Fue entonces que el hijo de Suar y González respondió: “Hay un Toto de siete años al que en determinada situación le hubiese dicho: ‘No hace falta ver a tu amigo hoy, lo podés ver otro día’. Le insistiría en que lo puede ver mañana o esperar unos días más”.
Consultado por Kusnetzoff, Kirzner comenzó a relatar lo sucedido. “No sé ni cómo se dice ni cómo se anuncia. Mi familia lo sabe, por supuesto. Lo que sucedió fue que en dos oportunidades abusaron de mí”, dijo el actor, de 23 años.
«Soy una persona muy ansiosa, todo lo quiero ahora y ya. Aquel día, con siete años, quería ir a la casa de mi amigo que vivía por zona norte como mi familia y yo. En el barrio estaba laburando una persona a la que yo no había visto tanto. Estaba empecinado con llegar a la casa de mi amigo cuando me lo encuentro a él, que lo tenía de vista por haberlo cruzado en un par de oportunidades. Estaba con un rastrillo del lado de la calle y me empezó a hablar. No sé por qué pero en un momento sentí que se empezó a oscurecer todo y yo me quería ir. Me empecé a alejar, él lo empieza a notar y finalmente ocurre. No voy a entrar en detalles porque es horroroso”, remarcó.
“(Al hombre) Lo conocían en los lugares que yo frecuentaba. Me acuerdo que me fui corriendo y llorando, no sabía a quién decirle. No lo vi más por un tiempo, pero después volvió. El lugar en donde vivía terminó siendo una pesadilla. Ocurrió una segunda vez y después nunca más”, añadió Kirzner.
La primera en enterarse de lo ocurrido, continuó el actor, fue su madre, Araceli González. «Salió repentinamente. Estaba mirando el noticiero con ella y con Fabián (Mazzei) y me empieza a agarrar un ataque de pánico. Ahí mi vieja sola me dice: ‘¿te pasó algo a vos?’. Y le conté”, recordó.
Luego, pudo empezar a hablarlo con el resto de sus familiares y su entorno más íntimo. “Ahora estoy bien con el tema, lo naturalizo bastante en mi vida cotidiana. Decirlo acá me juega en contra, ¿lo habré dicho bien o mal? No sé de qué va a servir que lo diga, pero quizás porque ahora estoy tan tranquilo con el tema lo puedo contar libremente”, reflexionó. “Mis papás me dieron la opción de decidir qué hacer, y a mí me salió decir naturalmente: ‘Ya está’. ¿Qué voy a hacer? Ya pasó, no puedo hacer nada”, manifestó.