El Ministerio de Salud porteño elaboró una nueva guía protocolar e introdujo como principales novedades que el curso completo pasa a ser la burbuja y que la asistencia vuelve a ser obligatoria. Al margen de esos ajustes, sostiene el resto de las pautas de cuidado.
El plan de presencialidad absoluta será en etapas. El 9 de agosto se incorporarán los chicos de primer, segundo y tercer año. Una vez cubierta la secundaria, “y siempre que la situación sanitaria lo permita”, el 17 de agosto retomarían los cursos completos en primaria, modalidad especial, escuela para adultos, nivel superior no universitario y los centros de formación profesional. En tanto, el 23 de agosto se sumarían los chicos de nivel inicial.
“El grupo burbuja es el aula completa de cada sala/grado/año/curso”, dice el borrador del protocolo en sus primeras páginas. Esa revisión implica que ya no habrá dos o tres subgrupos dentro de los cursos para cumplir con los 1,5 metros de distancia, sino que todos los chicos confluirán en las aulas.
“Para el desarrollo de las clases presenciales en el aula a cada estudiante se le asignará un lugar fijo que deberá respetar y que no podrá ser modificado mientras se mantenga la emergencia sanitaria”, advierte el instructivo.
Para el caso de docentes que dicten clases en más de un curso, deberán “extremar las medidas de seguridad, tales como mayor distanciamiento respecto de los estudiantes, evitar la circulación por el aula, entre otras”.