El presidente Alberto Fernández advirtió este domingo que hay «diablos que aumentan los precios y hay que hacerlos entrar en razón para que entiendan que tener una especie de oligopolio no los autoriza» a remarcar, y volvió a reivindicar el acuerdo con el FMI, el cual, dijo, «a algunos les gusta más, a otros menos» pero «está terminado» y es «una ficción, una mentira» la posibilidad de otro arreglo.
Fernández afirmó que la Argentina «tiene un montón de problemas, no solo con el Fondo Monetario, pero con el acuerdo hemos logrado sacar un problema que es la angustia de pagar 19 mil millones de dólares» de la deuda externa en lo inmediato, y volvió a sostener que su Gobierno está «resolviendo un problema que no generamos, que Argentina tuvo que hacerse cargo», aludiendo al empréstito tomado por el expresidente Mauricio Macri.
También aseguró que «no voy a hacer nada para que el Frente de Todos se quiebre» y dijo que en la coalición oficialista «hay una clara vocación de que no se rompa».
«Podemos tener diferencias, pero es un tema que nosotros sabremos resolver; estoy seguro de que nadie quiere romper nada. Hay una clara vocación de que esto no se rompa. Veo una tarea insidiosa de quebrarnos, ‘que Alberto dijo tal cosa, que Cristina dijo tal cosa’, pero mi preocupación ahora es me saqué la soga del cuello (del FMI) y tenemos que ponernos a caminar», expresó el Presidente.
El mandatario explicó que el aumento de precios en alimentos responde «al modo en que se concentra la producción» e insistió en «llamar a la reflexión» al sector para que «entiendan que el hecho de que tengan una especie de oligopolio no los autoriza a subir los precios».
Expresó que desde el Gobierno, con la Secretaría de Comercio que conduce Roberto Feletti, van «a seguir trabajando en medidas» y que también se buscarán «otras» con el fin de «recuperar un diálogo quebrado» con el sector.
«No son políticas antiempresarias, yo creo en las empresas. Yo no tengo empacho en decir que el capitalismo tiene que funcionar», expresó el Presidente.
Por otro lado, aclaró que la «causa» que lo «frenó» en el caso Vicentin, cuando el Estado intentó intervenir la empresa en el 2020 con el fin de que «se preservaran los puestos de trabajo», no fue «la reacción corporativa del campo» sino «todo lo que tenía que poner para salvar a los accionistas».
«Hice los números y el Estado no está para salvar accionistas», agregó Fernández.
En una entrevista con periodistas de la TV Pública, el primer mandatario también aseveró que «hay un sector del campo que ha tomado una posición político- partidaria» que se opone a las medidas del Gobierno para el sector, como el aumento de retenciones en algunos productos.
Además, reiteró que los planes sociales «tienen que convertirse en trabajo» pero aclaró que debe ser «trabajo formal», ya que «tenemos que recuperar la cultura del trabajo, pero el trabajo formal. La mayoría (de los que reciben planes) trabaja, pero en la informalidad».