El Vaticano reconoció hoy su «preocupación» por la «situación difícil» en Hong Kong, donde esta semana cerró el último diario prodemocracia que quedaba en el territorio, el Apple Daily, en virtud de una severa ley de seguridad nacional tras una serie de masivas manifestaciones de 2019.
«Obviamente, Hong Kong es objeto de preocupación para nosotros», reconoció hoy el secretario para las Relaciones con los Estados del Vaticano, Paul Gallagher, al ser consultado sobre la posibilidad de una participación vaticana en el territorio chino.
La declaración de Gallagher constituye la primera palabra de peso desde el Vaticano desde el inicio de las protestas en 2019, luego de que en julio pasado la supresión de una frase sobre Hong Kong de un discurso del Papa por decisión del pontífice informada por el diario South China Morning Post fuera criticada por sectores que denuncian supuesta represión de Beijing en ese territorio.
De todos modos, el arzobispo británico reconoció que la Santa Sede no percibe «que pueda hacer una contribución» en Hong Kong, más allá de que se mostró consciente de la repercusión que podría tener una acción «en la prensa internacional».
«En Hong Kong tenemos una situación muy difícil», reconoció Gallagher durante una conferencia de prensa sobre un evento que organizará el Vaticano la semana próxima dedicado al Líbano.
En mayo, Francisco designó un nuevo obispo para Hong Kong, el cuarto nombramiento bajo el histórico acuerdo bilateral de 2018, una cantidad considerada escasa por los críticos del acercamiento entre Vaticano y el país asiático, en el que se estiman unos 10 millones de católicos.
«Esperamos que el nuevo obispo haga un buen trabajo», deseó hoy Gallagher.
El acuerdo, resistido por sectores de la Iglesia que denuncian persecución de Beijing a los católicos y atacado por el Gobierno de Estados Unidos durante 2020, fue el primer paso de acercamiento entre la República Popular China y la Santa Sede, tras más de cincuenta años sin relaciones diplomáticas.
Las presiones sobre el diario cerrado la semana pasada se incrementaron luego de que las autoridades respondieran a masivas manifestaciones prodemocracia ocurridas en 2019 con una severa ley de seguridad nacional.
Aprobada hace un año en China, la norma pena la subversión, secesión, el terrorismo y la conspiración, y su aplicación coincidió con una reforma de las leyes electorales de Hong Kong que limitan el número de opositores prodemocráticos en la Legislatura local.