Los gendarmes argentinos que integraron el segundo comando Alacrán desplegado en Bolivia tras el golpe de Estado contra el gobierno de Evo Morales comienzan a declarar hoy como testigos en el marco de la causa en la que se investiga el supuesto contrabando agravado de municiones desde Buenos Aires hacia La Paz en noviembre de 2019.
Se trata del «personal de la Gendarmería Nacional que se encontró desplegado en el Estado Plurinacional de Boliva desde el 10 de enero de 2020 al 1 de marzo» del mismo año, según surge de la resolución judicial firmada por el juez en lo Penal Económica, Alejandro Catania, a la que accedió Télam.
Los once gendarmes convocados para esta tanda de declaraciones testimoniales son los que llegaron a Bolivia para reemplazar a aquellos que llegaron en noviembre de 2019 a bordo de un avión Hércules C-130 junto con las municiones anti tumulto de elaboración argentina que habrían ido a parar a manos de las fuerzas represivas bolivianas.
En esta investigación se busca reconstruir el destino de las municiones antitumulto que salieron de la Argentina con el supuesto propósito de utilizarse para defender la Embajada nacional en Bolivia y la residencia del embajador, pero que se habrían desviado hacia otras manos.
En la primera tanda de testimoniales «no hubo sorpresas» porque los gendarmes del tercer grupo que llegó a Bolivia confirmaron que no utilizaron las municiones exportadas a ese país y que no realizaron prácticas de tiro, por lo que desacreditaron la hipótesis de que ese podría haber sido el motivo por el cual los pertrechos no regresaron a la Argentina, informaron fuentes con acceso al expediente.