“Joaquín Tenaglia Canut de Tullahoma fue elegido como uno de los estudiantes más brillantes del mundo”, dice el comunicado del Centro Johns Hopkins para Jóvenes Talentosos. El rótulo, aunque grandilocuente, refleja un logro indudable: Joaquín tuvo uno de los mejores puntajes en un examen que rindieron 19 mil estudiantes considerados “gifted” -lo que acá sería superdotados- procedentes de 84 países distintos. Entre ellos, menos del 20 por ciento de los candidatos calificaron para tal distinción.
El comunicado dice que Joaquín es de Tullahoma, una ciudad pequeña de Tennessee, pero en realidad nació en Rosario hace doce años. Una oportunidad laboral hizo que su familia se trasladara cuando apenas tenía 3 años hacia Pompano Beach, Florida. A los pocos meses la familia se dio cuenta de que el niño hablaba perfecto inglés.
“Había aprendido por su cuenta mirando dibujitos. Nuestra idea siempre fue mantener el español en casa”, cuenta su madre, Laura Canut, desde Tullahoma, donde se mudaron en 2019. “Siempre fue muy rápido y muy hábil, sobre todo con los números. Desde muy chiquito jugábamos en el auto a sumar y restar números de tres cifras. Él lo hacía más rápido que nosotros, pero todo padre piensa que su hijo es especial. Tener esa habilidad es una cosa y otra muy distinta es que un día te digan que tu hijo tiene una inteligencia superior al 99% de los chicos de su misma edad de Estados Unidos”.
En Estados Unidos, cada distrito toma sus propios exámenes estandarizados. Los suelen tomar a comienzos de año, a la mitad y al final para medir cuánto aprendieron los alumnos. Si bien los modelos de exámenes varían, suelen evaluar en matemática y lengua. En la prueba que le tomaron en tercer grado, Joaquín quedó en el percentil 99. Es decir, dentro del uno por ciento más avanzado del país.
Con el resultado sobre la mesa, lo testearon en otras áreas: en habilidades cognitivas, en creatividad, resolución de problemas y analizaron su psicología. Fue el primer diagnóstico que recibieron y no había dudas: la especialista les confirmó que era superdotado. Un año después, retuvo su percentil 99 e ingresó al programa de talento de la Universidad Duke de Carolina del Norte.