Un estudio de la Universidad de Buenos Aires realizado a partir de 200 entrevistas a personas en situación de calle en el ámbito porteño reveló que la mayoría son varones, el 85 por ciento de los cuales rechaza vivir en paradores por temor a robos o a situaciones de violencia, y más del 80 por ciento tiene síntomas de depresión.
La investigación, a cargo del Observatorio de Innovación Social de la Facultad de Ciencias Económicas, integrado por investigadores del Conicet, cubrió cerca del 60% de los barrios de la Capital Federal (San Telmo, Congreso, Núñez, Caballito, Belgrano, Parque Patricios, Balvanera, Flores y Constitución) con 200 encuestas estratificadas por género y edad.
Con datos obtenidos hasta el 31 de mayo, el trabajo titulado «Hacia un abordaje integral de la gente en riesgo de calle», reveló que el 50% de las personas encuestadas tiene entre 24 y 45 años y son en su mayoría del género masculino, que alcanza al 68,95%.
La investigación surgió por la falta de estadísticas generales sobre este grupo social y se orientó a profundizar el análisis sobre la salud física y mental de los entrevistados, su nivel educativo, empleo, situación habitacional y las actividades económicas y sociales a las que se dedican.
A pesar de que la pandemia generó una importante pérdida de empleos, y, en consecuencia, de pérdida de vivienda o de capacidad de alquilar alguna habitación, un amplio porcentaje de estas personas (el 75%) vive en situación de calle hace más de un año y el 50% hace más de cinco años.
Un dato que destaca la investigación es que «el 85% de los encuestados prefiere dormir en las calles, antes que en algún parador de la Ciudad debido a los robos y a la violencia que se vive en estos establecimientos».
En tanto, el informe reveló que las principales fuentes de ingreso son el cartoneo, las actividades de recolección en conjunto con las «changas» y el pedido de monedas y que el 54% de las personas entrevistadas no percibe ningún tipo de subsidio.
En cuanto a sus relaciones sociales, se observó que cerca de la mitad de los encuestados se encuentra viviendo en las calles sin compañía y sin contacto alguno con su familia.
«Por eso para ellos resulta importante la revinculación con sus familias, cuando logran salir de la situación de calle e, incluso para los más jóvenes, llegar a formar sus propias familias en mejores condiciones», explicaron a Télam desde el Observatorio.
En relación a su salud física, el 70% desconoce su estado de salud general, mientras que el 25% padece de alguna limitación física, en su mayor parte de discapacidades motoras.
Sin embargo, muchos de los entrevistados manifestaron evitar acercarse a los centros médicos, debido a la situación de pandemia actual.
En cuanto a su salud mental, se observó que más del 80% de las personas en situación de calle encuestadas mostraron tener síntomas claros de depresión, como hacerse daño a sí mismos o a otros y consumir drogas de manera frecuente, en su mayoría desde hace más de 10 años.
«Esta realidad da cuenta de que la problemática no se reduce a ‘vivir en la calle’ exclusivamente debido al déficit habitacional y/o la falta de empleo. Factores psicosociales y de salud orgánica y mental, así como la falta de vínculos familiares y de perspectivas de futuro son claros determinantes de la situación en que se encuentran», argumentaron desde el Observatorio de Innovación Social.
Por eso, consideraron que «es necesario rediseñar la política orientada a solucionar este crítico problema social de carácter estructural agravado por la pandemia».
«Como un primer paso, la lógica y funciones de los paradores en las principales ciudades del país como la Ciudad de Buenos Aires debe ser repensada de modo de responder de manera efectiva a las necesidades de las personas involucradas», señalaron.
«El problema es multidimensional y por ende es necesario rediseñar la política orientada a solucionar este crítico problema social de carácter estructural agravado por la pandemia», dijeron desde el Observatorio, está integrado por investigadores y académicos que forman parte del Conicet.
Desde 2018, la entidad se encarga de desarrollar proyectos sociales para enfrentar problemas vinculados con la pobreza infantil, el déficit habitacional, el emprendedorismo social y la inclusión financiera.