El ministro de Economía, Martín Guzmán, iniciará hoy en Francia las negociaciones para avanzar con el Club de París, asociación de países a la cual la Argentina adeuda cerca de US$ 2.000 millones, y con la que se había acordado en junio del año pasado «un puente de tiempo» hasta el 31 de marzo de este año para negociar nuevos términos de acuerdo.
Además, participará de un encuentro ministerial de la Agencia Internacional de Energía (AIE), que reunirá a las máximas autoridades de energía de los países líderes para coordinar acciones en el contexto de la crisis energética mundial, y mantendrá reuniones con empresas del sector energético, informó el Palacio de Hacienda.
El ministro tiene previsto reunirse el martes con el presidente del Club de París, Emmanuel Moulin, para retomar los términos de un nuevo entendimiento que el año pasado implicó un alivio financiero para la Argentina de US$ 2.000 millones.
La Argentina efectivizó un pago por casi US$ 190 millones al Club de París el 25 de febrero, como parte del acuerdo alcanzado a mediados del año pasado, por el cual ya había realizado otro desembolso por US$ 227 millones a finales de julio, ambos a cuenta de capital de la deuda total, lo cual implicó la ejecución de pagos por alrededor de US$ 420 millones en un período de ocho meses.
En total, considerando los tipos de cambio de las órdenes de pago cursadas, se pagaron el equivalente a US$ 226,9 millones el 28 de julio de 2021 y US$ 189,6 millones el 25 de febrero de 2022, que se descontaron de un total de US$ 2.400 millones que la Argentina debía hacer frente el 31 de julio de 2021.
«Hemos llegado a un entendimiento con el Club de París para obtener un puente de tiempo que nos permita no tener que enfrentar una situación de incumplimiento o default el día 31 de julio de este año», había anunciado Guzmán en una conferencia de prensa el pasado 22 de junio, al hacer público el acuerdo con el conjunto de países que integran el Club.
Según Guzmán, «pagar esa cantidad -por la totalidad de la deuda de US$ 2.430 millones- hubiese sido un golpe a las reservas internacionales y por lo tanto hubiese generado más inestabilidad cambiaria y más inestabilidad macroeconómica».