Es la gran apuesta del equipo económico para evitar que la economía se siga encareciendo en dólares. Pero el proceso puede llevar varios meses. Los analistas siguen calculando niveles mensuales muy por encima de los observados
El ministro de Economía de Argentina, Luis Caputo, en una fotografía de archivo. EFE/David Fernández
El fuerte desplome de la inflación de mayo al 4,2% sorprendió también a los analistas de mercado, que habían estimado un punto más en el reciente Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) publicado por el Central. Pero el proceso aún está a mitad de camino. Ahora el objetivo oficial es que ese índice converja al 2% mensual, es decir al mismo ritmo de aumento del tipo de cambio oficial fijado por el Gobierno.
El flamante director del Central y hasta hace pocas horas asesor presidencial, Federico Furiase, se expresó en esa dirección al ponderar la baja del índice del mes pasado: “Nominalidad convergiendo al crawling (ajuste) de 2%, mejorando tasa real y suavizando apreciación cambiaria, con corrección de precios relativos”.
En otras palabras, el objetivo ya explicitó del equipo económico es seguir impulsando la baja de la inflación para que se acerque todo lo posible a niveles de 2%. Ésta sería la forma virtuosa de evitar que la economía argentina se siga encareciendo en dólares, pero no a través de una devaluación (como ocurrió casi siempre), sino por una reducción de la inflación.
Ese camino igual tiene muchos desafíos por delante. En junio, por ejemplo, lo más probable es que el índice rebote ubicándose en el rango del 5% al 6%. El ajuste de tarifas definido para hogares de clase media va a tener su impacto y no jugará a favor la rebaja de prepagas como sucedió el mes pasado.
Por lo tanto, lo que terminará definiendo la magnitud del repunte de este mes será la evolución de alimentos y bebidas, que el mes pasado aumentó 4,8%, por encima del índice general.