La Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn) recomendó al Ministerio de Salud aplazar 90 días la aplicación de la dosis de refuerzo en pacientes que «sean confirmados como casos de covid-19 (sintomática o asintomática) al momento de cumplir el intervalo de al menos 4 meses desde la aplicación del esquema inicial».
Pero, ¿qué pasa si una persona fue a vacunarse sin saber que estaba contagiada?
«Nada malo», aseguró en diálogo con Página/12 Jorge Geffner, bioquímico e investigador del Conicet. «¿Por qué no estamos vacunando y se toma el espacio de 3 meses? Porque la verdad que sería desperdiciar una vacuna, dado que la propia infección actúa como una dosis booster (de refuerzo) muy importante. Entonces, en un escenario donde las vacunas no sobran, la recomendación es esperar», indicó.
Efectivamente, «hay mucha gente que estaba cursando la infección sin darse cuenta y se vacunó. Pero no pasa absolutamente nada», insistió el especialista.
Según el memorándum del Ministerio de Salud publicado el pasado 6 de enero, la decisión de esperar un plazo de 90 días tiene que ver con «la evidencia científica disponible al momento sobre la dinámica de producción de anticuerpos que genera la enfermedad causada por SARS CoV-2 y la interferencia que esto podría ocasionar en la producción de anticuerpos por la vacunación, con la consecuente reducción en el efecto vacunal esperado».
La «interferencia» que menciona el Ministerio, indicó Geffner, «significa que ya con la propia infección los anticuerpos se van a levantar de 15 a 30 veces. Y si vos le sumás la vacuna, no te van a aumentar más, porque hay un nivel máximo de respuesta. Entonces, como no suma, la decisión es darla luego de 3 meses. Porque al mes y medio, dos meses, tres meses, ya empiezan a bajar los niveles de anticuerpos, aunque perdura la inmunidad protectora de base, entonces tenés que volver a levantarlos con la dosis adicional».
Para los contactos estrechos de un paciente confirmado, en tanto, se mantiene la recomendación de aplazar la vacunación hasta que finalice el período de aislamiento, para evitar exponer al personal de salud y a las personas que se acerquen a los vacunatorios.