Las Pymes alimentarias de Córdoba pidieron que con la reglamentación de la ley de Etiquetado frontal se disponga de un tiempo mayor al año para la adaptación de los envases. En caso de contar con “un período razonable” para cumplir con esa obligación, a los fabricantes de menor escala se les producirá un perjuicio económico significativo.
Así lo expresó a La Voz la titular de la Cámara de la Industria de la Alimentación (Adiac), Gabriela Moreno, quien dijo que el sector comparte “el espíritu” de la norma, pero advirtió que requiere el acompañamiento políticas de educación alimentaria.
“Una dieta saludable tiene que ser amplia y, entendemos, no debería basarse sólo en colocar sellos porque en ese caso estaríamos estigmatizando los productos, pero no necesariamente mejorando la alimentación”, refirió la dirigente.
El entramado de la industria de la alimentación cordobesa cuenta con grandes compañías, pero también con decenas de pequeñas empresas que suelen invertir en packaging como una forma de preservar ahorros.
A estas empresas, un plazo de adaptación menor al año puede ocasionarles serios perjuicios económicos dado que con la ley deberán enviar a rehacer todos los envases para ubicar los octógonos negros con información al consumidor.
“A su vez se debe considerar la logística de llegar a la góndola con un envase nuevo y las pérdidas que significan para las Pymes en kilos de envases que no sabemos si se podrán utilizar”, dijo la titular de Adiac.