Por: Mesa Promotora del SAdeM La Plata-20 de agosto de 2020
El mismo día en que les argentines nos enteramos que la desidia criminal en 2016 negoció, ocultó, inutilizó y le negó a la población cerca de tres millones de vacunas. En medio de una pandemia en la que los responsables de semejante latrocinio exhiben su carroña, promoviendo movilizaciones
que significarán más contagios y más muertes. Cuando cientos de miles de trabajadores de la salud exponen la propia por el bien común, mientras que la inmensa mayoría del Pueblo seesfuerza cotidianamente por alcanzar el día en que una vacuna nos saque de este pandemónium.
Ese mismo día, en un programa de TV apareció una foto de Epumer.
La investigación de dicho programa deja en evidencia el sistema de espionaje para-estatal que el gobierno anterior montó con fondos públicos para vigilar, perseguir, extorsionar y encarcelar opositores. La perversidad de ese aparato, que entrecruza fuerzas de seguridad, jueces, ministros,
periodistas, legisladores y soplones, remite a los períodos más oscuros de nuestra historia, y es la más grande y sistemática violación a los derechos humanos que nos ha tocado vivir en democracia.
Epumer Colman es empleado del Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia, donde expresa su adhesión a la lista Verde y Blanca de ATE. Trabaja allí para poder vivir, porque como tantísimos otros no puede hacerlo de su verdadero oficio y vocación. Pero en verdad Epumer es músico, y
como tal es además miembro de la Mesa del Sindicato Argentino de Músicos de la región platense.
Porque desde el Estado o sobre el escenario Epumer es ante todo un Militante Popular, de esos que por miles se brindan diariamente para construir una Patria que merezca ser vivida.
En octubre del 18, cuando en la discusión sobre el presupuesto nacional el gobierno impuso un recorte para pagar su negociado de la deuda externa y se abalanzó sobre la caja previsional de nuestros viejos, a quienes les explicaba que sin remedios y con menos ingresos vivirían mejor, una
violenta represión en la plaza de los Congresos se transformaría en bisagra para el futuro designio de quienes, por primera vez en nuestra historia, perderían la elección en primera vuelta y sin poder reelegir.
Aquella tarde, aún en tránsito y lejos de haber podido llegar a la concentración que ya finalizaba, a dos cuadras de estación Constitución Epumer fue víctima de una de las tantas redadas que arrojaron más de setenta detenidos. Gas pimienta, palazos y todo tipo de maltratos. Pero además
apertura de causa penal y sumario en su empleo estatal por “indecorosidad en la vía pública” En definitiva, toda la saña de quienes en nombre de la República buscaban disciplinar a cualquiera que alzara su voz en defensa de la cosa pública.
Por eso, cuando un periodista desenmascara la patraña y la ficha de Epumer aparece en la TV es que, como tantas otras veces, volvemos a alzar la nuestra. Porque nuestro es Epumer. Porque Epumer es SAdeM, y cuando nos tocan a uno, nos tocan a todos.
Y porque durante cuatro años millones de Epumer, que no se resignaron a ser tratados como grasa militante, a ver endeudar el país, cerrar fuentes de trabajo y sufrir precarización laboral, padecieron ese mismo tratamiento.
Lo más escandaloso del escándalo es acostumbrarse a convivir con él. No nos acostumbraremos. Por la memoria de los que ya no están y por el legado de Madres y Abuelas. Junto a ellas nuestro Pueblo acuñó el Nunca Más. Y hoy, cuando un virus puso patas arriba el modelo social
hegemónico en el mundo, la historia nos pone ante la oportunidad de decirle Nunca Más al neoliberalismo que persigue, empobrece, segrega y mata.
Por eso expresamos nuestro enérgico repudio a las espías hechas sobre nuestro Compañero Epumer Colman, que extendemos a cada compañere de organizaciones sociales, políticas y sindicales víctimas de esa maquinaria persecutoria, para la cual exigimos su definitivo
desmembramiento y el juicio y castigo de cada uno de sus responsables materiales e intelectuales.
Por más Memoria, por más Verdad, por más Justicia y para que el Nunca Más sea definitivamente. Nunca Más.