Los que gritaron “barcos” fueron acallados, esclavizados, sometidos, asesinados, violados por los “civilizadores”, que traían el Siglo de las Luces al decir del cubano Alejo Carpentier. Esa historia está entrando en su capítulo final, después de 5 siglos de dominación cultural y política, en sus diferentes etapas comenzando por la invasión, llamada “descubrimiento” dedicada al saqueo de todo lo que aparecía valioso, desde el oro a los seres humanos llevados a la metrópolis como muestras salvajes. Cuando se acabaron las riquezas a mano, se organizó la explotación humana de las minas de oro y plata, lo cual convirtió a Potosí en una ciudad pujante, que escondía las muertes de cientos de miles de indígenas sometidos a la esclavitud, siguiendo después la etapa de las gobernaciones que intentó institucionalizar el coloniaje, que se apuntaló en la masividad de la explotación con el tráfico de esclavos africanos, para aumentar la producción y finalmente entrar en la etapa final de la colonización española el Virreynato, después de haber previamente expulsados a los Jesuitas, quienes disputaban poder, con otro modelo colonial desplegando un trato más humano con los Pueblos Originarios.
Ese primer coloniaje culmina en los procesos de emancipación de los pueblos que llevan adelante nuestros Padres Fundadores de América Latina: San Martín, Bolívar y Artigas entre muchos otros miles de patriotas que siempre sostuvieron la idea primaria de la Patria Grande, los Estados Unidos de América del Sur, abortada desde entonces, por la acción del imperio anglo sajón, segundo coloniaje, no militar sino económico y político, apoyado por la oligarquías locales que sucesivamente hicieron fracasar cada uno de los proyectos como la Gran Colombia de Bolívar, la Confederación de Artigas y el Congreso Anfictiónico, abortado por EEUU y Canadá, quienes no debían participar del mismo por orden del Libertador, mandato que fue traicionado por su vicepresidente Santander.
Esas historias escondidas del siglo XlX son parte de la apropiación del relato, que en nuestro país expresa con fuerzas Mitre después de Caseros hasta nuestros días, en la cual derrota al proyecto nacional, con la fuerzas brasileñas y el apoyo irrestricto de Inglaterra, que había chocado con la fortaleza soberana de Rosas en Obligado, Quebracho y Tonelero, cuando las fuerzas militares y mercantes inglesas y francesas quisieron fundar la República Mesopotámica, en un nuevo intento de división y así declarar la libre navegabilidad de los ríos. Esa historia contada como derrota por Mitre, es el inicio del relato institucional curricular en la enseñanza de civilización y barbarie, siendo los “civilizados” los que vienen del exterior y los “bárbaros” los criollos, mestizos, mulatos y pueblos originarios, que se mantiene hasta estos días, contradiciendo además a los griegos supuestas bases del saber “universal”, para quienes los bárbaros eran los que venían de afuera.
La lucha por la prevalencia del relato histórico no es nueva. Los Imperios hicieron del mismo su bandera que se repite al día de hoy, con la apropiación de la información en manos de los mismos dueños del poder económico financiero a nivel mundial, que han comprado los Medios, que han dejado de ser de comunicación para transformarse en verdaderos factores de poder, en la mesa de la discusión, en las disputas por los gobiernos. En ese contexto aparecen como naturalizados “los ejes del mal”, aquellos países que no concuerdan o acceden a las demandas hegemónicas coloniales, denominan “dictadores” a Presidente elegidos repetidamente por sus pueblos; se aceptan prácticas medievales como los “Bloqueos” a los países díscolos a las demandas del sometimiento y podríamos seguir la lista de los ocultamientos, mentiras y persecuciones mediático-judicial, sobre aquellos periodistas o dirigentes políticos populares que alzan sus voces y que intentan muestrar la totalidad de la información.
En nuestro país esa apropiación lleva más de seis décadas, desde la última dictadura cívico militar y al apropiación por torturas de Papel Prensa, en manos del futuro monopolio de la información, creador del relato y operador político, que es Clarín acompañado por La Nación, quienes por medio de extorsiones en complicidad con el poder político militar y conductas monopólicas con el papel, compraron y avasallaron las expresiones periodísticas de las provincias argentinas, constituyendo un relato único a nivel nacional. Ese mecanismo se extendió sucesivamente a los servicios de cable y las redes sociales, monopolizadas por estos verdaderos ejecutores de las políticas del coloniaje cultural, que después se fue extendiendo a lo económico financiero e institucional, determinando un perfil de Estado sometido al Mercado y al servicio del capital privado.
Entonces para los que “dijeron tierra”, esa concepción colonizadora y desde entonces eurocéntrica, se hizo común en la construcción del pensamiento, en especial portuario y cosmopolita que se comenzó a desplegar como conjunto de ideas, que en los ideológico fue constituyendo una mirada distorsionada en las nuevas generaciones. Es que la acción del coloniaje está justamente destinada a debilitar la Identidad nacional y borrar la memoria colectiva, en especial aquella que constituye la tradición oral familiar y social de los primeros años de vida, en donde se perfilan las subjetividades de los compatriotas. Es una estrategia a largo plazo de la colonización, que les permite llevar al oprimido a pensar como el opresor, en una especie de Síndrome de Estocolmo, que se rompe al momento de la irrupción de la memoria histórica de los pueblos, cuando “se agota la paciencia y aparece el escarmiento”.
Así leemos en la historia como fueron de salvajes los pueblos originarios que mataron a Solís al desembarcar en el río de La Plata, cuando no dudaron los Pampas Querandíes en que eso era una invasión. Diferente a la historia de Montezuma en México que dejó entrar a Cortés y a Pizarro entrado en Perú por Tupac, ambos asesinados por “la civilización” y sometidos sus pueblos. Eso se reproduce hoy cuando leemos relatada la lucha de los pueblos del mundo por su Soberanía, arrasada e invadida o simplemente sitiada por el Imperio. Irak, Afganistán, Yemen, Libia, Palestina, Siria, Líbano, Venezuela, Kayakistan, Nicaragua y desde décadas Cuba en situación de guerra, bloqueo, asesinatos selectivos, drones, atentados de falsa bandera, fuerzas mercenarias que aparecen mágicamente, armadas por los servicios de inteligencia como ISIS, denostadas falsamente por los medios hegemónicos, pero que son ejércitos contratados al servicio de la destrucción de países libres y democráticos como Siria o el Líbano y ahora el mismo Irak.
Hoy como ayer los escenarios se repiten, rememorando lo anticipatorio de Ramón Carrillo describiendo en los años 50 ante la Escuela de Guerra Militar sus famosas conferencias sobre la Guerra Psicológica, que en tres jornadas jalonaron un marco conceptual de la llamada guerra híbrida, como la que hoy se libra en el mundo. Los Medios atacando desde antes a Irigoyen y a Perón, defendiendo las dictaduras, persiguiendo al peronismo desde siempre hasta nuestros días: La Nación y La Prensa primero, Clarín y Perfil después, pero en forma continua marcando agenda contra el Movimiento Nacional y Popular, siendo los diarios la palabra amenazadora de “los cónsules de la Patria”, esas familias que se apropiaron de la historia patria, como el llamado Campo hoy.
Desde el final de 2° guerra mundial en adelante, la batalla comunicacional fue tan importante como el rugir de las armas como se demuestra desde la guerra de Corea que nunca terminó, hasta la necesidad de De Gaulle de llegar a descolonizar Argelia, porque el mundo se enteraba de las atrocidades del ejército francés contra un pueblo movilizado por su Liberación. Otro episodio fue Vietnam, que después de la masacre de estudiantes norteamericanos en las Universidades que se oponían a ir a una guerra injusta y la difusión de Cassius Clay transformado en Mohamed Alí yendo a la cárcel por su negativa, tuvieron que huir los norteamericanos con 78 mil muertos encima. Esos episodios no pueden ser trasladados mecánicamente al momento actual, porque al día de hoy porque la apropiación de los medios y redes por parte del Imperio, en un avance impresionante de “la libertad de expresión”, borra por completo la información de Eurasia totalmente en el conflicto Rusia-OTAN con epicentro en Ucrania, dejando a los pueblos con la voz del discurso único imperial.
En nuestro país la demonización de los dirigentes peronistas, su persecución, encarcelamiento y condena pública al margen de la Justicia o con ella como cómplice del Lawfare, en el diseño para el ataque a los Movimientos Populares en América Latina por parte del Imperio, constituye el hecho más relevante. Es la implementación de una agenda enemiga de la Patria y del Pueblo, que opera diariamente sobre millones de argentinos como rampa misilística de mentiras, tergiversaciones, ocultamientos y opiniones sesgadas. Es la batalla comunicacional no resuelta por los gobiernos populares, empujados a la inacción por la supuesta “libertad de prensa”, que no es libertad porque ataca las bases mismas de la democracia y no es de prensa porque no difunde información sino siembra el odio cotidiano sobre las fuerzas populares, atacando la Identidad y la Memoria no solo de los argentinos, sino de todos los pueblos latinoamericanos, al convertirse esos medios, en el arma favorita del coloniaje político.
Entonces entre el discurso “políticamente correcto” sobre los consensos y la necesidad del fortalecimiento de la democracia, sin dudas anhelados por el conjunto de los compatriotas, existe el puñal bajo el poncho de ONG financiadas por el enemigo de la Patria, políticos comprados por la Embajada de EEUU, otros formando parte de los servicios de informaciones británicos o israelíes como se ha comprobado, desde la manipulación de los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA, incluso convirtiendo un suicidio como el de Nisman, en un supuesto asesinato, o creando un enemigo: el Pueblo Mapuche para ejecutar militantes populares y poder así consolidar la entrega patagónica escindida del resto del país, máximo objetivo de la colonización anglo sajona de la OTAN, que incluye al Atlántico Sur y su proyección Antártida, Plataforma Continental Argentina y pasos interoceánicos, desde Malvinas, Orcadas y Sandwich del Sur junto a las islas Santa Elena, Asención y Diego García. La política es la política internacional nos enseñó Perón y su desconocimiento permite el avance colonizador.
Los que dijeron Tierra siguen presentes en el relato, pero los Pueblos han fortalecido su presencia y memoria americana, mestiza, morena, profunda en cada lucha por la Liberación que se hecho carne en la necesidad de una Patria Matria Grande que contenga las aspiraciones de los pueblos y desaloje definitivamente el coloniaje, como sucede hoy el mundo que está girando hacia el Oriente, abandonando la visión atlántica de 5 siglos por una mirada totalizadora de la historia de los pueblos y la decisión de ir hacia un mundo Multipolar que respete la autodeterminación sin injerencias imperiales tutelares que impidan el ejercicio pleno de la Soberanía de las naciones. Esa es la lucha actual, ese es el desafío que se concreta en la recuperación del sentimiento Patriótico del conjunto del Pueblo que intentaron humillar colonialmente.
Por Jorge Rachid