El presidente del gigante sudamericano llegará este lunes a Santiago para reunirse con el mandatario chileno. Aunque no estaba en agenda, la crisis provocada por el régimen de Maduro puso al tema en el centro del encuentro
La crisis venezolana no está incluida en la agenda oficial que el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, tratará el lunes próximo en Santiago con su homólogo chileno, Gabriel Boric, pero el asunto seguramente “será abordado”, dijeron este jueves fuentes oficiales.
“Es más que natural que conversen sobre la región” y, en ese marco, sobre la situación generada tras las elecciones del pasado domingo en Venezuela, dijo en una rueda de prensa la secretaria para América Latina de la Cancillería brasileña, Gisela Padovan.
La diplomática aclaró que el borrador del comunicado bilateral que preparan los Gobiernos de Chile y Brasil como corolario de la visita no tiene ninguna mención a la crisis venezolana y se centra en la relación entre ambos países, que definió como una “amistad sin límites”.
Ambos progresistas, Lula y Boric mantienen desde hace tiempo sus diferencias en relación al régimen venezolano, del que el líder chileno ha estado siempre distanciado, en tanto que el brasileño ha tenido una relación más cercana, que se ha enfriado durante el proceso para las elecciones del pasado domingo.
Boric fue uno de los primeros líderes en poner en duda el resultado anunciado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano, que con el 80% de las actas escrutadas declaró ganador a Nicolás Maduro frente al opositor Edmundo González Urrutia, tras lo cual Venezuela expulsó a los diplomáticos chilenos de Caracas.
El dictador de Venezuela, Nicolás Maduro (EFE/ Ronald Peña R.)
Lula, por su parte, todavía no ha reconocido esos resultados y ha supeditado su posición frente a las elecciones a la divulgación de todas las actas del proceso, detalladas “mesa por mesa”.
Según Padovan, Lula tiene previsto llegar a Santiago el domingo por la noche y el lunes será recibido por Boric en el Palacio de la Moneda, donde tendrán una reunión privada en la que, más allá de los asuntos bilaterales, abordarán la situación regional y global.
En el marco de esa reunión será firmada una veintena de acuerdos en las más diversas áreas, que abarcan desde turismo y comercio, hasta agricultura, derechos humanos, tecnología, medioambiente y transición energética, entre muchas otras.