China debió responder este martes tras las acusaciones de producir un ciberataque masivo a Microsoft. El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, refirió al ataque producido en marzo, que comprometió a decenas de miles de servidores de correo electrónico de Microsoft Exchange en todo el mundo, como parte de un «patrón de comportamiento irresponsable, disruptivo y desestabilizador en el ciberespacio» de China.
El gigante asiático respondió a través del vocero de la Cancillería, Zhao Lijian, quien aseguró que la acusación «está fabricada por completo y presenta los hechos al revés». Estados Unidos inculpó a cuatro piratas informáticos chinos. El presidente, Joe Biden, dijo que su país completará una investigación antes de tomar cualquier medida, y trazó un paralelismo con el delito cibernético que los países occidentales atribuyen a Rusia.
«El Gobierno chino, al igual que el ruso, no está haciendo esto (los ciberataques) por sí mismo, sino que está protegiendo a quienes lo están haciendo, y tal vez incluso dando lugar a que puedan hacerlo», precisó Biden en declaraciones a la prensa en la Casa Blanca.
En un paso que la administración Biden calificó como sin precedentes, EEUU coordinó su declaración con sus aliados: la Unión Europea (UE), el Reino Unido, Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Japón y la OTAN.
Por su parte, Zhao Lijian afirmó que la acción de EEUU y sus aliados forma parte de una «campaña de descrédito y de presión totalmente motivada por razones políticas», informó la agencia de noticias AFP. «Arrojar el descrédito sobre los otros no te blanquea. Es Estados Unidos el principal país responsable de ciberataques en el mundo», denunció el vocero chino en una rueda de prensa.