El ministro de Interior, Eduardo «Wado» de Pedro, recordó hoy los 52 años de la gesta del «Cordobazo», una huelga general que devino en un estallido social que dio origen a una etapa de grandes movilizaciones populares en Argentina, al señalar que fue un hecho que «cambió» la historia del país.
«Se cumplen 52 años de la protesta popular de trabajadores, trabajadoras y estudiantes que se opuso a la opresión de la dictadura de (Juan Carlos) Onganía y cambió la historia de nuestro país», escribió el ministro de Interior en su cuenta oficial de la red social Twtter.
De Pedro acompañó este mensaje de un video en el que se describe la movilización del «Cordobazo» y en el cual se exhibe a uno de sus principales protagonistas: el sindicalista de Luz y Fuerza Agustín Tosco.
Dirigentes sindicales de la izquierda clasista y el peronismo organizaron hace 52 años una huelga con movilización que ganó las calles de Córdoba capital y que desembocó en una protesta que hizo tambalear a la dictadura militar de Onganía.
El gobierno militar, además de infringir las libertades públicas, imponía una política de congelamiento de salarios de la mano del ministro de Economía Adalbert Krieger Vasena, por la que se derogó la Ley del «sábado inglés», una medida que establecía que cada hora trabajada después de las 13 de esa jornada, debía pagarse doble.
En Córdoba, por esos años el centro de la industria automotriz y metalmecánica, el rechazo a la medida fue generalizado y, a pesar de las divisiones, el movimiento obrero alcanzó rápidamente un acuerdo para realizar una huelga general.
Tosco -dirigente enrolado en la izquierda clasista y referente de la CGT de los Argentinos- acordó junto con los peronistas Elpidio Torres (Smata) y Atilio López (UTA) la realización de un plan de lucha y una huelga general de 37 horas que comenzaría el mediodía del jueves 29 de mayo de 1969.
La movilización obrera ganó las calles y los primeros choques ocurrieron en torno a los puentes sobre la cañada del Suquía, y, cerca de las 13, la policía no pudo contener la movilización que, a pesar de los gases lacrimógenos y las ráfagas de FAL, rebasó los bloqueos.
Ante esta situación, Onganía ordenó al Tercer Cuerpo de Ejército retomar el control de la capital mediterránea, lo que pronto se concretó con aviones de la Fuerza Aérea sobrevolando la ciudad.
Si bien el Ejército evitó el combate nocturno, retomó barrio por barrio el control de la ciudad de Córdoba en las primeras horas de la mañana del viernes 30, mientras dispersaba a los últimos grupos de manifestantes.
Tosco fue detenido en la sede de Luz y Fuerza y se lo sometió a un Consejo de Guerra, que lo condenó a 8 años de prisión, al igual que a Torres, a López y a otros dirigentes.
Sin embargo, tras 17 meses de prisión, todos los dirigentes detenidos recuperaron la libertad y volvieron a Córdoba para retomar la actividad sindical.
En términos políticos, la consecuencia inmediata significó la pérdida de legitimidad de Onganía, que se manifestó con la renuncia del ministro Krieger Vasena, el 4 de junio, menos de una semana después del «Cordobazo».