Nahir Galarza declaró esta mañana ante el fiscal Mauricio Guerrero, de Gualeguaychú, desde la cárcel de Paraná y ratificó la denuncia sobre su padre y reveló el abuso que sufrió por parte de un tío. En la audiencia: su abogada Raquel Hermida Leyenda, el fiscal fiscal Mauricio Guerrero y Candela Bessa
“Yo no maté a Fernando, mi papá lo mató”, le dijo esta mañana la joven de 23 años, condenada a perpetua el 3 de julio de 2018, al fiscal Mauricio Guerrero de Gualegueychú.
En el zoom, que hizo desde la Unidad Penal Número 6 de Paraná hoy a las once de la mañana, estuvo acompañada por su abogada Raquel Hermida Leyenda, y por Candela Bessa, que la asiste jurídicamente en Gualeguaychú en la denuncia por abuso. En Buenos Aires ese rol lo ocupa Violeta Muratorio.
Más allá de que la declaración judicial se basó en la denuncia de abuso sexual infantil contra el hermano de su padre -cuyos detalles no se pueden dar para preservar a la víctima- Nahir también se refirió a la nueva versión que dio sobre el asesinato de Pastorizzo y que trascendió después de que su abogada, Raquel Hermida Leyenda, de la Fundación Red de Contención, viajara hace casi una semana a Paraná para contenerla y tomar nota del secreto que Nahir guardó cuatro años: que su padre, el policía Marcelo Galarza, los siguió a ella y a Fernando cuando iban en moto y con una frenada hizo caer a Fernando y a la pistola reglamentaria que era suya.
Sobre el abuso, en su momento le contó a su abogada que su tío, hermano de su padre policía, abusaba de ella cuando era niña y que llegó a atarla a un árbol. Su padre lo sabe y, según él, salió en su apoyo, pero Nahir quedó muy dolida porque sintió que no la contuvo como debía. Como si Galarza protegiera, de ese modo, a su hermano.
“Lo de mi hermano es verdad, quiero que se haga Justicia. Yo no lo quiero ver más y más allá del odio que siento por él, debe actuar la Justicia”, había dicho Galarza.