Omar Perotti admitió ayer que la crisis de inseguridad en la provincia, sobre todo en la ciudad de Rosario, “no es la gran deuda” de su mandato, sino “la tarea más difícil de llevar adelante”, no sólo en su gobierno, sino el que seguirá en 2023 y en los próximos. “La seguridad es un problema estructural de Santa Fe, viene desde hace muchos años, no se resuelve de la noche a la mañana”, por lo tanto, “cada uno tendrá que hacer la parte que le toca”, apuntó.
El gobernador repasó ayer –en diálogos con emisoras locales- los tres años de su gestión, dijo que 2022 fue el mejor, pero cuando focalizó el tema de la seguridad compartió la autocrítica. Aún así, enfatizó que la inversión en el Ministerio de Seguridad en equipamiento y tecnología fue “histórica”: 8.200 millones de pesos en “logística operativa y tecnológica”, que significó la compra de 1.430 nuevos vehículos para la Policía de Santa Fe y el Servicio Penitenciario, 81 vehículos no identificables para investigaciones, 20 drones, 8.700 armas, 15.000 chalecos balísticos y refuncionalización del centro de emergencias 911, entre otras cosas.
“La seguridad no es la gran deuda que nos queda”, aceptó Perotti. “Es la tarea más difícil de llevar adelante por este gobernador y por los que vienen. Es un tema estructural en la provincia, que viene desde hace años y que no se resuelve de la noche a la mañana. Cada uno tiene que ir haciendo la parte que le toca”.
El otro eje que planteó Perotti es la cantidad de efectivos en la Policía de Santa Fe. “Logramos revertir un proceso donde se iban más policías de los que ingresaban a la fuerza”, dijo. En el período 2020-2021 ingresaron 1.200, en 2022 otros 1.400 y en 2023 ingresarán 1.800.
“La solución de los problemas de seguridad no se da sólo con más equipos y tecnología, sino también con más efectivos. En estos tres años, hemos frenado la caída de los ingresos porque se iba más gente de la que ingresaba a la Policía. ¿Me gustaría que alguien me explique cómo hacíamos para cuidar mejor a nuestra gente con menos policías y con comisarías que se cerraban?, se preguntó el mandatario. Y explicó como es ahora la tendencia de incorporaciones: 1.200 el año pasado, 1.400 este año y 1.800 el que viene.
“El objetivo es formar de la mejor manera a los ingresantes, acompañar a los que tienen vocación de servicio y cumplen la ley. Así van a tener siempre nuestro respaldo y el que se aparta de eso dejará de ser policía”, advirtió el gobernador.
En esa línea, Perotti subrayó también la creación de tres Escuelas Regionales de Policía en Murphy, Rafaela y Reconquista, que se sumaron a las que ya funcionaban en Recreo y Rosario. Esto genera un “mayor vínculo de arraigo con el lugar donde van a trabajar y un mejor conocimiento” de su territorio.