Una diferencia del 34,67% en dólares entre las góndolas de dos países vecinos refleja los costos y tensiones económicas actuales
La comparación de precios entre supermercados de Florianópolis y Buenos Aires arroja datos relevantes para entender cómo las diferencias cambiarias y económicas impactan en los consumidores de ambos países. Infobae seleccionó 20 productos básicos de consumo masivo en cadenas representativas de ambas ciudades: una en Florianópolis, con varios locales en la región, y otra de las principales cadenas en Argentina. Florianópolis, elegido por ser uno de los destinos turísticos más buscados por los argentinos, sirve como referencia clave para medir el poder adquisitivo a nivel regional.
El cuadro comparativo realizado toma como base un tipo de cambio minorista de 1 real que equivale a 0,16 dólares para Brasil, y un tipo de cambio dólar MEP de $1.131,19 pesos por dólar para Argentina. El análisis muestra una brecha promedio del 34,67% en dólares entre ambas ciudades, con precios generalmente más elevados en Buenos Aires. Esto refleja las presiones inflacionarias internas, sumadas a las recientes dinámicas cambiarias del real brasileño, que favorecen la competitividad de los productos en Brasil.
Florianópolis vs Buenos Aires
De acuerdo con el análisis, el costo total de los 20 productos seleccionados asciende a 53,18 dólares en Florianópolis y a 81,41 dólares en Buenos Aires. La diferencia absoluta de 28,23 dólares demuestra cómo los productos argentinos, en términos relativos, son más caros frente a sus equivalentes brasileños.
El caso del queso de máquina, que cuesta 18,05 dólares en Buenos Aires frente a 8,46 dólares en Florianópolis, evidencia una brecha del 53,11%. También los spaghettini importados, con una diferencia del 56,83%, se presentan como un ejemplo destacado. En ambos casos, la combinación de factores como impuestos internos y precios relativos contribuye a encarecer estos productos en Argentina.
Sin embargo, no todos los bienes son más baratos en Brasil. Por ejemplo, el pollo tiene un precio menor en Buenos Aires, con una diferencia del 32,89%, al igual que el desodorante, que muestra una caída del 66,42% en la comparación. Estas excepciones, aunque relevantes, no revierten la tendencia general que refleja una canasta más costosa en Argentina.
Otro punto relevante es el impacto del tipo de cambio en estas comparaciones. En Brasil, los precios se calcularon en dólares a partir de un tipo de cambio de 1 real igual a 0,16 dólares, mientras que en Argentina se utilizó el dólar MEP, cotizado en $1.131,19 pesos por dólar. Estos valores reflejan la distorsión generada por la inflación y las restricciones cambiarias.
Un real débil, un impacto fuerte
El real brasileño ha tenido una dinámica marcada por la intervención del Banco Central de Brasil, que recientemente vendió 3.000 millones de dólares al contado para contener su devaluación, llevando la cotización a 6,06 reales por dólar. Esta cifra muestra una apreciación respecto de los mínimos históricos recientes, pero también evidencia las dificultades del gobierno brasileño para estabilizar las expectativas del mercado.
La devaluación del real tiene efectos directos sobre Argentina, dado que abarata los productos brasileños en términos relativos y aumenta la competencia para los bienes argentinos. Esto puede profundizar el déficit comercial bilateral, ya que Brasil es el principal destino de las exportaciones argentinas y, al mismo tiempo, el mayor proveedor externo. Además, una moneda brasileña débil incentiva el consumo de productos importados en Argentina, lo que agrava las presiones internas.
Florianópolis, por su parte, resalta en este contexto porque es uno de los destinos turísticos más elegidos por los argentinos. Los precios más bajos en Brasil, sumados a la estabilidad de los costos en dólares, explican el éxodo de consumidores argentinos hacia las playas brasileñas. Mientras tanto, en Argentina, la inflación anual acumulada encarece aún más los bienes y servicios, desalentando el arribo de turistas brasileños al país.
El economista Alberto Cavallo, especialista en precios y mercados, subrayó que Argentina es actualmente un 19% más cara que Brasil para una canasta idéntica de alimentos, combustibles y electrónicos. Según Cavallo, esta brecha responde a la apreciación relativa del peso argentino frente a la devaluación del real, un fenómeno que incrementa el desequilibrio entre las economías de ambos países.
Para Cavallo, la ley del precio único, que sostiene que los bienes idénticos deberían tener precios similares entre mercados conectados, suele cumplirse entre Brasil y Argentina en el mediano plazo. Sin embargo, las recientes desviaciones generan preocupaciones económicas. Una de ellas es que Brasil, ante un excedente de productos generados por una menor demanda local, inunde el mercado argentino con bienes más baratos, aumentando la presión competitiva para los productores nacionales.
Por otro lado, Cavallo destacó que la política del gobierno argentino se centra en evitar una devaluación brusca del peso, prefiriendo en cambio acelerar la reducción de impuestos. Este enfoque, aunque busca mantener cierta competitividad, no elimina los riesgos asociados a la pérdida de demanda externa por parte de Brasil. Una eventual recesión brasileña podría limitar las exportaciones argentinas, generando un impacto negativo en la balanza comercial y la actividad económica local.
Una comparación que refleja tensiones económicas
Los datos expuestos por Infobae muestran cómo las diferencias cambiarias, las dinámicas inflacionarias y las políticas económicas locales afectan el costo de los productos básicos en Brasil y Argentina. Las cifras también subrayan las tensiones comerciales bilaterales, especialmente en un momento en que la competitividad de los productos argentinos parece comprometida.