Luego de una semana con altas temperaturas que obligaron a la suspensión de clases en algunas escuelas, la titular de Educación informó la realización de «un operativo de distribución de aguas frías» en establecimientos educativos de la Ciudad «para promover más intensamente la hidratación».
Mientras tanto, la comunidad educativa pide que se solucionen problemas como la compra o arreglo de ventiladores y aires acondicionados.
Para el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la solución al calor extremo que se sufre en las escuelas con aulas sobrepobladas, sin ventilación adecuada y patios sin sombra, es llevarles botellitas de agua a los estudiantes. Agua fría, un servicio que se suponía que estaba al alcance del alumnado.
La ministra de Educación, Soledad Acuña, a través de las redes sociales informó la compra de al menos 170 mil botellas que se repartirán a partir de hoy en los distintos centros educativos.
La iniciativa, según dijo la funcionaria, fue producto de sesudas reuniones de sus “equipos técnicos” que evaluaron cómo “abordar la situación” producida por la ola de calor, que tuvo su pico la semana pasada con temperaturas que rondaron los 40 grados de sensación térmica.