A tres días de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, numerosos negocios del centro de Washington protegían hoy sus vitrinas con tablones de madera ante el temor de los comerciantes a posibles desmanes durante y después de la jornada electoral.
En prácticamente cada esquina del centro de la capital, obreros colocaban planchas de madera para evitar daños en los inmuebles, como los ocurridos en la ciudad durante las protestas de mayo y junio pasado contra el racismo y la brutalidad policial.
La tensión ha aumentado en el tramo final de la carrera a la Casa Blanca, que se disputan el presidente republicano Donald Trump y su rival demócrata Joe Biden, y muchos temen que el récord de votos por correo, impulsado por la pandemia de coronavirus, retrase la publicación de los resultados.
En el peor de los casos, este suspenso podría derivar en protestas y choques entre los partidarios de ambos candidatos.
Un escenario alimentado por el propio Trump, quien busca su reelección, al negarse repetidamente a dejar claro si, en caso de perder el 3 de noviembre, cedería pacíficamente el poder.
«Odio ver esto», dijo delante de las grandes placas de madera Kosta Abatzis, dueño de un negocio de ropa próxima a la Casa Blanca, aunque luego agregó que «es mejor que tener que pasar por todo el procedimiento de reemplazar una ventana a través de la compañía de seguros».
Alexandre Provenzano, propietario de una peluquería cercana, también se quejó: «Dejamos puestas las tablas durante dos meses y ahora voy a tener esto hasta enero, para la toma de posesión (del presidente). Así es como voy a pasar las Fiestas», dijo, citado por la agencia de noticias AFP.
A pesar de todo, consideró que «más vale prevenir que lamentar».
Consultado por la agencia francesa, Sean Anger, gerente de obras para una empresa de la cercana ciudad de Maryland, dijo que estuvo ocupado construyendo barricadas en al menos 20 edificios en los últimos días, pese a que el servicio que cuesta miles de dólares.
Ante el temor de incidentes, la policía de Washington anunció el cierre de calles en una amplia zona alrededor de la Casa Blanca los próximos 3 y 4 de noviembre.
«Sabemos que a algunas personas les gustaría crear caos y confusión», dijo la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, en una conferencia de prensa el pasado jueves.
«No tenemos alguna información específica sobre el tema, pero estamos preparados para mantener la ciudad a salvo», concluyó.
Varias organizaciones ya tienen planeado realizar manifestaciones. Una de ellas, Shutdown DC, presentó un permiso para conglomerar hasta 10.000 personas en la rebautizada plaza Black Lives Matter (Las vidas de los negros importan), frente a la Casa Blanca, la noche del 3 de noviembre.
Entre música y discursos, se prevé para el evento una gran pantalla que muestre los resultados electorales en directo.
Sin embargo, ante posibles enfrentamientos, la organización planificó entrenamientos para sus miembros sobre interacciones con la policía y otros grupos de manifestantes y técnicas de desescalada de violencia.
«Desafortunadamente, estamos dispuestos a correr riesgos porque sabemos lo importante que es este momento», señaló Hope Neyer, jefa de prensa de Shutdown DC.