Un día a la vez

Por Raimi Rios

 

Aprender a vivir el día a día es un arte, siempre estamos tratando de vivir todas las cosas al mismo tiempo, las penas, las alegrías, las tristezas, la felicidad y el amor.

Cuando vivimos un día a la vez, vivimos en el presente.  Disfrutamos de cosas que normalmente no apreciamos.  Cosas sencillas, que para algunos hasta pueden sonar absurdas, como tomarse un café admirando un hermoso atardecer, reír con la familia durante la cena, charlar con la pareja antes de dormir o simplemente, hacer un recuento de todas las cosas buenas que te sucedieron durante el día.

Así como hay personas que viven en el pasado, también hay quienes viven en el futuro.  Estas personas están acostumbradas a fijarse en dónde van a caminar en vez de disfrutar sus pasos.  Pensar en el futuro constantemente genera ansiedad, porque vemos las cosas como algo lejano, de lo que no tenemos control aún.

Vivimos en un mundo con prisa. Tenemos rutinas agotadoras, y nada de tiempo para el auto cuidado.  Vivimos en un constante cambio, y uno de los cambios positivos que hemos desarrollado como seres humanos, es la importancia que debemos prestarle al bienestar emocional para vivir sin culpas y con amor.

Cuando vivimos tristes o deprimidos, es porque estamos viviendo de recuerdos, que no nos dejan avanzar.  Pero, ¿Qué lleva a las personas en convertir el pasado en su presente? La Resistencia, cuando nos resistimos a aceptar una realidad, cuando nos negamos a sobreponernos de esas experiencias buenas y malas, decisiones erróneas y personas que se fueron de nuestra vida, estamos en resistencia. No se trata de renunciar y olvidar el pasado.  Se trata de evitar que se vuelva una atadura que paraliza y te impida disfrutar el presente

 

COSAS QUE TE PUEDEN AYUDAR A VIVIR UN DÍA A LA VEZ

Hacer una lista de tus preocupaciones. Y preguntarte ¿Hay algo que puedas hacer al respecto? En lo que puedas hacer algo actúa y quítalo de tu lista, de lo contrario la mayoría de tus preocupaciones son solo miedos e hipótesis del futuro sobre lo que no tienes ningún tipo de control.

Basada en lo anterior, trabaja diariamente en no enfocarte en pensamientos llenos de miedo, negativismo y preguntas que no tienen respuesta. Cada vez que ese tipo de pensamientos lleguen a tu cabeza, reconoce que es normal que vengan, pero déjalos ir, porque no merecen ni tú tiempo ni tus preocupaciones.

 

Dejar de programar tanto. Seguramente a muchas personas les encantara programar y hacer un montón de planes durante todo el año, pero que a la final lo único que te producirá es angustia. Mejor planea lo estrictamente necesario y a corto plazo.

Agradecer por lo que pasa hoy. A veces agradecemos por cosas generales o pedimos mucho por cosas futuras. El hoy está lleno de cosas por las cuales agradecer, especialmente las pequeñas cosas.

La invitación es a que, desaceleres, porque la vida no es una carrera. Es importante tener sueños y metas, pero es más importante disfrutar el camino aceptando todo lo que viene (lo bueno y lo malo).

Puede ser que al final lleguemos a donde siempre soñamos o planeamos, puede ser que no. No importa ¡No sacrifiques tu presente! Disfruta de tus hijos, de tu casa, tu trabajo, tu pareja; disfrutá lo mucho o poco que tenés. Disfrutá tu juventud o tu vejez, y no te preocupes por lo que ya fue, no te angusties por lo que será.

Viví un día a la vez, sin miedos, sin culpas, sin preocupaciones. Viví un día a la vez, y recordá que podés hacer planes, pero no podés decir los resultados.  Viví un día a la vez y recordá que el hoy es lo único que tenemos, y está en tus manos en hacer de él algo maravilloso.

Alguna vez te has preguntado ¿Del 1 al 10 qué tan pleno te sentís? ¿Qué tan feliz te sentís?

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